“Cumplimos nuestro sueño del “Tri”, después de diez meses luchando, porque tuvimos
muchas ausencias y lesiones”, aseguró
Era un suplente de lujo, joven, audaz y con enorme futuro. Pero en esta temporada, cuando antes de comenzar, todo hacía pensar que ese curso seguiría igual, surgieron problemas que aumentaron el valor de la conquista, no sólo la de Peñarol, sí también la de un base cordobés entrañable, de minúsculo tamaño pero mayúscula capacidad.
Tato Rodríguez, el capitán, se bajó antes del debut por un problema cardíaco y se transformó en un hincha más. Ahí estuvo Facundo Campazzo para conducir al equipo con sus 21 años, de principio a fin de la campaña con notable jerarquía, figura estelar en incalculable cantidad de partidos, brindando tanta energía y entrega que lo han transformado en una pieza invalorable del básquet argentino, un joven en formato de figura y además, campeón. Es que sí señores, para Campazzo, sin dudas, la selección.
Fuente: El Atlántico
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