“Llegó un punto en el que nos encontramos en una situación inesperada y comprometida. Teníamos que tomar una decisión, unirnos y pensar todos en un objetivo en común”, confesó el DT de La Unión de Formosa.
Tras superar al siempre complicado Quimsa y alcanzar el tercer festejo al hilo, Gabriel Picatto estuvo en Uno contra Uno Radio (Radio Argentina AM570). En diálogo con Fabián Pérez, José Montesano y Matías Traversa, el entrenador La Unión se refirió al buen andar del conjunto formoseño y reveló el secreto de la remontada: alianza de grupo y un objetivo común, conformado por los mismos jugadores y el cuerpo técnico. Con esa fórmula, logró sacar al equipo de la zona más peligrosa de las posiciones. Además, aseguró que el apoyo el de la dirigencia fue fundamental y que irán por más.
–Una muy buena victoria sobre Quimsa y un gran momento del equipo.
–Sí. La verdad es que necesitábamos ganar, para alejarnos de la zona de riesgo. Además, para volver a retomar la confianza. Ahora intentaremos seguir escalando posiciones. Las victorias fueron sobre muy buenos equipos, y en calidad de visitante. Así que, desde el punto de vista mental, nos tiene que nutrir mucho.
–Y algunas importantísimas, como la que consiguieron en Córdoba.
–Sí, pero creo que eso fue excepcional. Lo normal sería que se nos presenten los partidos, más allá de poder ganarlos o perderlos. Tenemos que lograr juegos cerrados, como contra Libertad y Quimsa, donde el que mejor decisiones tome sobre el final sea el que tenga más posibilidades de ganar.
–Ayer metieron nueve triples en 20 intentos, un gran número. Además, si bien perdieron en los rebotes, tuvieron menos pérdidas. Esa puede ser una de las claves del equipo.
–Sí, es verdad. Creo que uno de los rubros en el que mejoramos sustancialmente fue en la conservación del balón. Recuerdo el partido contra Ciclista Olímpico, de visitante, en el que tuvimos 20 pérdidas. Y eso te condena. En el resto de los juegos tuvimos entre ocho o nueve y eso te da un margen grande para poder ganar.
–¿Qué cambió para pasar a tener un presente tan óptimo?
–Llegó un punto en el que nos encontramos en una situación inesperada y comprometida. Teníamos que tomar una decisión, unirnos y pensar todos en un objetivo en común para vencer o seguir transitando el camino en el que estábamos. El paso más importante fue decidir jugar como un verdadero equipo. Considero que, individualmente, La Unión cuanta con buenos jugadores. Pero esto no es tenis, es un trabajo en equipo y tenemos que tener objetivos en común. Y que eso nos permita entrar a la cancha y saber qué es lo que tenemos que salir a defender.
–¿Cuáles son esos objetivos que tiene el plantel en común?
–Ganar. Nos dimos cuanta que individualmente todos queremos ganar. Y eso me parece importante. Pero después, hay que ponerse de acuerdo en qué idea hay que defender. Para poder ganar, todos tenemos que tener la misma idea. Nos dimos cuanta que lo queríamos hacer asiladamente y, si no existe un compromiso ni confianza con el compañero, se hace difícil. Y está demostrado: nosotros estábamos muy cerca de ganar. Siempre acariciábamos la victoria, pero hay una regla que me parece fundamental: de los dos equipos que estás en el campo, el que más unido esté, es el que va a tener más chances de ganar. El equipo que mentalmente esté más duro, que tenga una idea de equipo y quiera hacerlo junto siempre va a tener posibilidades de vencer. A este nivel, nadie duda que todos los jugadores son muy buenos. Si no fuese así, no estarían jugando en la máxima categoría. Lo que hace la diferencia son las cosas que los unen para salir a ganar.
–¿En algún momento estuvo en riego tu continuidad?
–Cuando decidí ser entrenador profesional, asumí el combo completo. Sé perfectamente que cuando el equipo no gana el primero que pone en juego su cargo es el entrenador. Pero también decidí que, hasta que llegue ese momento, puedo trabajar al máximo de mis posibilidades y compromiso. Sé que era una posibilidad, pero no estuve pensando en eso. Sólo traté de trabajar y tratar de hacer lo mejor. Además de eso, en el momento de mayor inestabilidad es fundamental contar con una dirigencia coherente. Y creo que, con la cabeza de Mario Romay, La Unión de Formosa la tiene. Sentí la presión lógica de querer cambiar la situación y desde la parte dirigencial me dejaron trabajar. Y eso me parece que habla bien de la organización y la visión dirigencial.
Fuente: Prensa La Unión
Tras superar al siempre complicado Quimsa y alcanzar el tercer festejo al hilo, Gabriel Picatto estuvo en Uno contra Uno Radio (Radio Argentina AM570). En diálogo con Fabián Pérez, José Montesano y Matías Traversa, el entrenador La Unión se refirió al buen andar del conjunto formoseño y reveló el secreto de la remontada: alianza de grupo y un objetivo común, conformado por los mismos jugadores y el cuerpo técnico. Con esa fórmula, logró sacar al equipo de la zona más peligrosa de las posiciones. Además, aseguró que el apoyo el de la dirigencia fue fundamental y que irán por más.
–Una muy buena victoria sobre Quimsa y un gran momento del equipo.
–Sí. La verdad es que necesitábamos ganar, para alejarnos de la zona de riesgo. Además, para volver a retomar la confianza. Ahora intentaremos seguir escalando posiciones. Las victorias fueron sobre muy buenos equipos, y en calidad de visitante. Así que, desde el punto de vista mental, nos tiene que nutrir mucho.
–Y algunas importantísimas, como la que consiguieron en Córdoba.
–Sí, pero creo que eso fue excepcional. Lo normal sería que se nos presenten los partidos, más allá de poder ganarlos o perderlos. Tenemos que lograr juegos cerrados, como contra Libertad y Quimsa, donde el que mejor decisiones tome sobre el final sea el que tenga más posibilidades de ganar.
–Ayer metieron nueve triples en 20 intentos, un gran número. Además, si bien perdieron en los rebotes, tuvieron menos pérdidas. Esa puede ser una de las claves del equipo.
–Sí, es verdad. Creo que uno de los rubros en el que mejoramos sustancialmente fue en la conservación del balón. Recuerdo el partido contra Ciclista Olímpico, de visitante, en el que tuvimos 20 pérdidas. Y eso te condena. En el resto de los juegos tuvimos entre ocho o nueve y eso te da un margen grande para poder ganar.
–¿Qué cambió para pasar a tener un presente tan óptimo?
–Llegó un punto en el que nos encontramos en una situación inesperada y comprometida. Teníamos que tomar una decisión, unirnos y pensar todos en un objetivo en común para vencer o seguir transitando el camino en el que estábamos. El paso más importante fue decidir jugar como un verdadero equipo. Considero que, individualmente, La Unión cuanta con buenos jugadores. Pero esto no es tenis, es un trabajo en equipo y tenemos que tener objetivos en común. Y que eso nos permita entrar a la cancha y saber qué es lo que tenemos que salir a defender.
–¿Cuáles son esos objetivos que tiene el plantel en común?
–Ganar. Nos dimos cuanta que individualmente todos queremos ganar. Y eso me parece importante. Pero después, hay que ponerse de acuerdo en qué idea hay que defender. Para poder ganar, todos tenemos que tener la misma idea. Nos dimos cuanta que lo queríamos hacer asiladamente y, si no existe un compromiso ni confianza con el compañero, se hace difícil. Y está demostrado: nosotros estábamos muy cerca de ganar. Siempre acariciábamos la victoria, pero hay una regla que me parece fundamental: de los dos equipos que estás en el campo, el que más unido esté, es el que va a tener más chances de ganar. El equipo que mentalmente esté más duro, que tenga una idea de equipo y quiera hacerlo junto siempre va a tener posibilidades de vencer. A este nivel, nadie duda que todos los jugadores son muy buenos. Si no fuese así, no estarían jugando en la máxima categoría. Lo que hace la diferencia son las cosas que los unen para salir a ganar.
–¿En algún momento estuvo en riego tu continuidad?
–Cuando decidí ser entrenador profesional, asumí el combo completo. Sé perfectamente que cuando el equipo no gana el primero que pone en juego su cargo es el entrenador. Pero también decidí que, hasta que llegue ese momento, puedo trabajar al máximo de mis posibilidades y compromiso. Sé que era una posibilidad, pero no estuve pensando en eso. Sólo traté de trabajar y tratar de hacer lo mejor. Además de eso, en el momento de mayor inestabilidad es fundamental contar con una dirigencia coherente. Y creo que, con la cabeza de Mario Romay, La Unión de Formosa la tiene. Sentí la presión lógica de querer cambiar la situación y desde la parte dirigencial me dejaron trabajar. Y eso me parece que habla bien de la organización y la visión dirigencial.
Fuente: Prensa La Unión
Comentarios