Todo fue vertiginoso en la vida de Matías Ibarra en las últimas horas. El miércoles le comunicaron que ya no tenía lugar en Olímpico de La Banda y ese mismo día recibió el llamado del dirigente peñarolense Alfredo Miño y su representante arregló todo para que emigre a Peñarol. Ayer, pese al corte del puente que une La Banda con Santiago del Estero y que complicó bastante, pudo firmar la desvinculación de su último equipo. Y por la noche emprendía, en auto, el viaje hacia esta ciudad.
"Todo se dio demasiado rápido. El miércoles a la mañana me anunciaron el corte y por la tarde estaba preparando la mudanza. Fue una sorpresa el interés de Peñarol", le dijo anoche a LA CAPITAL.
-¿Qué motivos te dieron para despedirte?
-No es muy claro. Los dirigentes me dijeron que Fernando me había cortado. Y Duró me dijo que fue una decisión compartida. No sé. De todos modos, la situación no estaba bien, había demasiada tensión y mis últimos partidos no fueron buenos.
-Ayer se pudo leer que Duró había elevado un informe y que no podía esperar a que te pongas bien. ¿Es así?
-Es la primera noticia que tengo. Físicamente estoy bárbaro, no tengo ningún problema. Por ahí se dijo que mentalmente no estaba preparado para enfrentar la presión que se vive en Olímpico.
-¿Es tan bravo?
-Es difícil. Acá se exige ganar. Los hinchas, también la directiva. Y cuando no se dan los resultados se ponen todos nerviosos. A mí se me exigía que dirigiera el juego, que defendiera, que asistiera, que metiera puntos... El compromiso y la entrega, de mi parte, estuvieron siempre. Pasa que el ofensivo es el aspecto que más se ve. Para mí, hice todo lo que se me pedía, salvo meter puntos en los últimos partidos. Yo creo que a mí me condenó el hecho de no ganar y de no estar fino con el aro.
-¿Y en Peñarol que esperás?
-Creo que tendré un rol diferente. Pasa que salvo el contacto telefónico que tuve con Alfredo Miño, no hablé con nadie. Tampoco quise hacerlo hasta cerrar la cuestión de la desvinculación.
-En Mar del Plata hay una gran imagen tuya de tu paso por Quilmes. ¿Cómo imaginás que te van a recibir los hinchas de tu ex club cuando juegues tu primera clásico?
-No quiero entrar en polémicas. He pasado muy buenos años en Mar del Plata. Pero yo soy un profesional y me tengo que enfocar en ayudar a mi equipo y dejar de lado todo lo demás.
-Vas a compartir la base con Campazzo, otro cordobés como vos. ¿Qué te sugiere?
-Vamos a hacer camarilla todos los cordobeses del equipo, ja, ja... Conozco a varios de los chicos, a Martín Leiva, a Selem cuando estaba en las inferiores de Quilmes. Ojalá vaya todo bien. Ahora pienso en llegar para entrenar. Sé que mañana (por hoy) es el último día de prácticas antes del Año Nuevo. Quiero llegar y después voy a ver si entreno aparte para recuperar el tiempo perdido.
Fuente: La Capital
"Todo se dio demasiado rápido. El miércoles a la mañana me anunciaron el corte y por la tarde estaba preparando la mudanza. Fue una sorpresa el interés de Peñarol", le dijo anoche a LA CAPITAL.
-¿Qué motivos te dieron para despedirte?
-No es muy claro. Los dirigentes me dijeron que Fernando me había cortado. Y Duró me dijo que fue una decisión compartida. No sé. De todos modos, la situación no estaba bien, había demasiada tensión y mis últimos partidos no fueron buenos.
-Ayer se pudo leer que Duró había elevado un informe y que no podía esperar a que te pongas bien. ¿Es así?
-Es la primera noticia que tengo. Físicamente estoy bárbaro, no tengo ningún problema. Por ahí se dijo que mentalmente no estaba preparado para enfrentar la presión que se vive en Olímpico.
-¿Es tan bravo?
-Es difícil. Acá se exige ganar. Los hinchas, también la directiva. Y cuando no se dan los resultados se ponen todos nerviosos. A mí se me exigía que dirigiera el juego, que defendiera, que asistiera, que metiera puntos... El compromiso y la entrega, de mi parte, estuvieron siempre. Pasa que el ofensivo es el aspecto que más se ve. Para mí, hice todo lo que se me pedía, salvo meter puntos en los últimos partidos. Yo creo que a mí me condenó el hecho de no ganar y de no estar fino con el aro.
-¿Y en Peñarol que esperás?
-Creo que tendré un rol diferente. Pasa que salvo el contacto telefónico que tuve con Alfredo Miño, no hablé con nadie. Tampoco quise hacerlo hasta cerrar la cuestión de la desvinculación.
-En Mar del Plata hay una gran imagen tuya de tu paso por Quilmes. ¿Cómo imaginás que te van a recibir los hinchas de tu ex club cuando juegues tu primera clásico?
-No quiero entrar en polémicas. He pasado muy buenos años en Mar del Plata. Pero yo soy un profesional y me tengo que enfocar en ayudar a mi equipo y dejar de lado todo lo demás.
-Vas a compartir la base con Campazzo, otro cordobés como vos. ¿Qué te sugiere?
-Vamos a hacer camarilla todos los cordobeses del equipo, ja, ja... Conozco a varios de los chicos, a Martín Leiva, a Selem cuando estaba en las inferiores de Quilmes. Ojalá vaya todo bien. Ahora pienso en llegar para entrenar. Sé que mañana (por hoy) es el último día de prácticas antes del Año Nuevo. Quiero llegar y después voy a ver si entreno aparte para recuperar el tiempo perdido.
Fuente: La Capital
Comentarios