Bruno Lábaque: "Me dan ganas de largar"

Fue una entrevista distinta, en una fecha poco tradicional. Esta vez, no fue una charla de básquet, ni mucho menos de Navidad. “Vamos a hablar de cosas incómodas”, le anticipamos. “No hay problemas, de lo que sea”, respondió Bruno Lábaque aceptando el hacer un intervalo en la reunión familiar en la casa de su hermano Guillermo, en un country del norte de la ciudad.

Dos días antes, el base de Atenas y su familia habían sido el blanco del arsenal de dardos que le dedicó Roberto Gabini, después del (¿choque o codazo?) del partido del miércoles en el Cerutti, durante el juego ante Gimnasia de Comodoro.

“Estas cosas te dan ganas de dejar de jugar, porque te supera todo. Desde que empecé, mi carrera no fue fácil, por ser el hijo de, por estar al lado de… Cuando salí campeón sin Marcelo, empecé a disfrutar, y ahora cuando más debería disfrutar, es cuando estoy renegando y sin poder dormir”, arrancó Bruno, con un tono apagado y no ocultando el impacto de lo que está viviendo.

–Antes Hayes te acusó de responsable del mal momento de Atenas y ahora Gabini te acusó de falso, entre otras cosas. ¿Por qué estás metido en tantas polémicas?

–Los que hablan en contra de mí, me fijo qué ganaron y no les veo muchas cosas ganadas. Y no lo digo de soberbio. Voy a los ejemplos, Me duele lo que dijo Roberto. Yo lo que digo, lo sostengo con fundamentos. Mi viejo me dice que no tengo que estar mal, porque no me tengo que hacer cargo de las cosas que yo sé que no son así. Si yo salgo de joda, pero a la hora de entrenar y a la hora de jugar cumplo, es problema mío. Los buenos entrenadores que tuve me dijeron que de mi vida privada haga lo que se me cante el orto. “A mí respondeme en las prácticas y a la hora de jugar”, me pedían.

–¿Salís de joda como dice Gabini?

–Capaz que tenga esa virtud de matarme de joda, pero también la de saber entrenar y jugar. Pero, ¿qué tiene que ver el incidente con que yo salga de joda? ¿A él qué le afecta? Lo que más me duele es que éramos amigos y después que él tuvo un problema con Atenas dejó de serlo.

–También acusó a la familia de dinastía, matones, de comprar jueces, prensa…

–Bueno, pero eso lo tienen que decir ustedes y los jueces… Mete a todos en la misma bolsa. Yo no me puedo hacer cargo de eso. ¿A vos te compró mi papá alguna vez? Con vos hemos discutido, mi papá ha discutido, vos tenés tu trabajo, él el suyo. No sabés el dolor de huevo que es escuchar hace 20 años a mi vieja que le dice “da un paso al costado” y el dice que no porque el club es su vida. Y cuando se decidió a dar un paso al costado, el club se iba a la mierda y empezaron a pedirle que vuelva.

Felipe, el espejo

Bruno nunca ocultó el reconocimiento permanente a su padre. No sólo en la cancha, cuando lo busca para un festejo, sino también a la hora de hablar de él. “Mi papá es mi espejo, mi reflejo y mi vida. Y lo voy a decir siempre. Me gustaría llegar a ser el 50 por ciento de lo que es de recto y de puro. Todas las barbaridades que dijo Gabini de mí, de mi viejo, ahora va a tener que fundamentarlo”, dijo.

–¿Vas a ir a la Justicia?

–Me están lloviendo llamados para hacerlo, sobre todo por parte de mi papá. Pero no me gusta el puterío barato, no soy así. Para mí es más fácil hablar y “matarlo” a Roberto, pero no quiero. No sé si es que tengo esa virtud o soy un boludo. Lo conozco y es muy buen chico, pero tiene el defecto de ese temperamento que lo puede.

Al final, la “catarsis” terminó por quebrar a Bruno. Ya no aguantó las lágrimas y cerró el diálogo: “No me siento bien. Pero más que nada porque sé lo que hace mi viejo y por esa mochila que llevé siempre. A veces me da ganas de irme a otro lado y demostrar otra vez que puedo triunfar y jugar tranquilo”.

No fue su mejor Navidad. En la vida de Bruno, hay cicatrices que tardan en cerrar

Fuente: Mundo D

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