9 de Julio venció a Quilmes en el duelo de necesitados

Sigmund Freud, el padre del psicoanálisis, se hubiera hecho un festín conceptual si 9 de Julio hubiese jugado en su Austria natal, allá por el siglo XIX. La razón es enigmática: cuando peor está, cuando tiene todo en contra y pasa por situaciones turbulentas, el equipo riotercerense saca lo mejor de sí. Una y otra vez. Lo hizo en la fecha pasada, ante Gimnasia de Comorodo y hoy, con la renuncia de Esteban De La Fuente “fresquita”, volvió a inflar el pecho frente a la tormenta. Así, el “patriota” dejó atrás una semana de despedidas y logró su segundo triunfo consecutivo tras vencer a Quilmes de Mar del Plata por 95 a 84.

Desde el salto inicial, quedó claro que el elenco de Bernardo Lardone –que debutó como DT en Liga Nacional- estaba decidido a sobreponerse a la adversidad. Para eso, recurrió a las herramientas que mejor le sientan a sus jugadores: presión defensiva, circulación del balón y distribución del goleo. Respetando ese plan básico y apoyado en una tarea inconmensurable de Gastón Torre (figura con 21 puntos, 4 rebotes, 3 asistencias y 3 recuperos en 40 minutos), “9” fue más que los marplatenses, que apostaron a los bombazos de Nicolás Ferreyra (goleador “quilmeño” con 22) y Britton Johnsen (17) para mantenerse en partido (45-41).

Si el dominio “patriota” no se reflejó en el marcador durante la primera mitad, el tercer cuarto fue un acto de justicia. Josimar Ayarza (máximo anotador con 23 puntos más 5 rebotes y 3 tapas) se juntó con Tim Frost y Jaz Cowan para formar un tridente “foráneo” letal. Ese que hacía rato buscaba “9”. La combinación de los extranjeros, que sumaron 53 puntos entre sí, fue demasiado para la defensa de Quilmes, que durmió una siesta enorme y quedó muy atrás (72-58). Para peor, la visita también perdió a Johnsen, que fue expulsado junto a Pablo Orlietti luego de un cruce innecesario.

Entonces, todo favorecía a 9 de Julio. Pero claro: al dueño de casa “le gusta” sufrir, incluso hasta parecer masoquista. En el momento decisivo, con la victoria casi en el bolsillo, desperdició una ventaja máxima de 17 puntos (80-63, promediando el cuarto parcial) y terminó comiéndose las uñas. Cuando la tensión era máxima (Quilmes redujo a 84-76) Torre y Ayarza se vistieron de cardiólogos y salvaron varios corazones. El base -un león- robó el balón y anotó de contragolpe y, a continuación, Ayarza concretó un alley oop destructivo y decretó la victoria. Así, 9 de Julio terminó festejando, una vez más, luego de una semana pésima. Como para que Freud, desde quién sabe dónde, tenga motivos para escribir unos cuantos libros de psicología más.

Síntesis:

Sportivo 9 de Julio (94): Gastón Torre 21, Martín Melo 7, Emiliano Martina 8, Josimar Ayarza 23 y Timothy Frost 16(FI); Gastón Lucchino 6, Jazwin Cowan 14 y Pablo Orlietti 0. Técnico: Bernardo Lardone.

Quilmes (84): Phillip Hopson 18, Nicolás Ferreyra 22, Britton Johnsen 17, Louis Truscott 4 y Rolando Howell 3 (FI); Gregorio Eseverri 6, Esteban López 4, Axel Weigand 10. Técnico: Daniel Maffei.

Progresión: 22-23; 45-41; 72-58 y 95-84.
Árbitros: Alejandro Chitti y Oscar Martinetto.
Cancha: José Albert (Río Tercero)

Crónica: 9 de Julio en la lnb
Foto: Gentileza ligateunafoto.com.ar

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