De hecho, el Nueve regresó de Mar del Plata ayer pasadas las 17 y el DT dispuso una práctica nocturna, lejos de plantear un descanso.
“Básicamente estoy disconforme por lo poco que se hizo en estos dos juegos como visitantes (51-85 ante Lanús y 61-72 frente a Quilmes), más allá de que sumar dos extranjeros 48 horas antes de los dos juegos era toda una incógnita. Hay maneras y maneras de perder, y éstas me dejan muy disconforme. Por eso llegamos hace un rato y nos vamos a entrenar, porque necesitamos poner en juego a Wilborn y Buchanan y generar algo distinto para los dos partidos que vienen, aunque sabemos que hicimos muchas cosas mal y no se puede cambiar todo de golpe. Si no, generás más incertidumbre”, señala De la Fuente.
Para “el Cabezón”, los problemas para defender el pick and roll en el eje de cancha y la poca claridad ofensiva fueron las dos mayores falencias de 9 de Julio.
“Tenemos que solucionar eso y buscar más claridad ofensiva, más allá de que los dos extranjeros se tienen que acoplar y están mal físicamente. Pero inclusive jugando con los nacionales y un solo extranjero tenemos que tener una mejor rotación y selección de tiros en ofensiva. Eso es fundamental. Y si mejoramos en defensa y en ofensiva, eso también nos ayuda a mejorar una tercera cosa: el balance defensivo”, añade.
En ofensiva, el corte de Delonte Holland, que aportaba muchos puntos pero generaba ataques anárquicos, por ahora tampoco fue solución.
“Debemos tener mayor conducta y mejor ejecución, algo que no mostramos en estos dos juegos”, reconoce De la Fuente. De todos modos, el técnico prefiere no cargar las tintas sobre los foráneos. “Necesitamos de los extranjeros, pero necesitamos más que nada del juego de equipo que no tuvimos”, aclara.
Fuente: Mundo D
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