Con el Toneo FIBA Américas ya en la “Papelera de reciclaje”, el hombre más buscado de la Generación Dorada fue el cordobés Fabricio Oberto. El pivote, mientras disfruta de los días de descanso junto a su familia y amigos, se hizo un lugar para dialogar extensamente con PODIO. Su presente, futuro, sensaciones, ideales, gustos y objetivos a corto, mediano y largo plazo, y varios de sus porqués, aquí.
“La pregunta a su primera respuesta es ‘no sé’. Todavía no tengo nada”, rompió el hielo entre risas Oberto haciendo referencia a su futuro como basquetbolista ya pensando en los Juegos Olímpicos de Londres 2012. “¿O no era esa la primera pregunta que me iban a hacer?”, comentó sumamente distendido.
“Yo me preparé para jugar el Preolímpico. Ahora no sé qué voy a hacer. Hay rumores de que me voy a la NBA, a Europa, a la China… La verdad que no me preocupa. Si lo hago, lo quiero hacer bien. Yo hoy cumplo con un rol específico en mi juego, y hay lugares en los que no los puedo hacer, te guste o no. Por mi experiencia a esto ya lo tengo claro”, explicó Fabricio al ser ya sí consultado sobre cuáles serán los próximos pasos que tomará en su carrera.
- ¿Cuáles son las cosas que hoy más pesan?
- Yo ya tengo 36 años y estoy en otra etapa. Mientras jugás, la familia es la que se inserta a tu ritmo y se enchufan para poder seguirte; pero una vez que parás, sos vos el que tiene que amoldarse a ellos. Yo hace rato que estoy afuera, me encanta Córdoba y además ahora mi hija ya está en el colegio. No podés aparecer un día y decir vamos… Todos entran en mi cabeza, piensan lo que yo haría, pero no tienen en cuenta todas estas cosas.
“Por ejemplo ya se habó mucho de Atenas, pero no es que no quiero jugar por capricho o porque me creo más que alguien. A mí no se me caería ningún anillo por hacerlo. Sólo no se dio. Ésta es una decisión muy personal”, agregó el varillense.
-Si no vinieran los Juegos Olímpicos… ¿querrías seguir?
-La verdad que cuando me retiré de Portland (el 4 de noviembre de 2010 por problemas cardíacos) dije basta con los equipos. Es muy diferente una temporada completa a lo que significa el estímulo de jugar cinco semanas. Londres genera la ilusión de estar en otro Juego Olímpico. Siempre está la intención de ir por una meta más. Si no llego, buscaré la manera de estar junto al equipo. Tengo la experiencia para acompañarlos y ayudarlos para que se mantengan en el lugar que hoy están.
El recuerdo del Preolímpico
“Fue un año completamente atípico. Tuve vértigo de competencia, de tratamiento, de todo… Ahora paré un poquito la velocidad de lo que veníamos viviendo, porque constantemente subíamos la intensidad. El Preolímpico tuvo todas las sensaciones que puedas pedir; cosas buenas y malas. La conexión con la gente fue algo increíble. Al terminar, no dudás en decir: ‘Éste es el torneo que siempre quise jugar’. Pero realmente no fue fácil, me tuve que preparar mentalmente”, dijo Oberto mientras su vista se perdía en busca de recuerdos.
-¿Da placer generar alegrías a quienes viven realidades muy duras?
-Mirar a la tribuna y ver que había banderas de todos los puntos del país, realmente daba mucho placer. Es verdaderamente un orgullo.
Fuente: Diario La Mañana
“La pregunta a su primera respuesta es ‘no sé’. Todavía no tengo nada”, rompió el hielo entre risas Oberto haciendo referencia a su futuro como basquetbolista ya pensando en los Juegos Olímpicos de Londres 2012. “¿O no era esa la primera pregunta que me iban a hacer?”, comentó sumamente distendido.
“Yo me preparé para jugar el Preolímpico. Ahora no sé qué voy a hacer. Hay rumores de que me voy a la NBA, a Europa, a la China… La verdad que no me preocupa. Si lo hago, lo quiero hacer bien. Yo hoy cumplo con un rol específico en mi juego, y hay lugares en los que no los puedo hacer, te guste o no. Por mi experiencia a esto ya lo tengo claro”, explicó Fabricio al ser ya sí consultado sobre cuáles serán los próximos pasos que tomará en su carrera.
- ¿Cuáles son las cosas que hoy más pesan?
- Yo ya tengo 36 años y estoy en otra etapa. Mientras jugás, la familia es la que se inserta a tu ritmo y se enchufan para poder seguirte; pero una vez que parás, sos vos el que tiene que amoldarse a ellos. Yo hace rato que estoy afuera, me encanta Córdoba y además ahora mi hija ya está en el colegio. No podés aparecer un día y decir vamos… Todos entran en mi cabeza, piensan lo que yo haría, pero no tienen en cuenta todas estas cosas.
“Por ejemplo ya se habó mucho de Atenas, pero no es que no quiero jugar por capricho o porque me creo más que alguien. A mí no se me caería ningún anillo por hacerlo. Sólo no se dio. Ésta es una decisión muy personal”, agregó el varillense.
-Si no vinieran los Juegos Olímpicos… ¿querrías seguir?
-La verdad que cuando me retiré de Portland (el 4 de noviembre de 2010 por problemas cardíacos) dije basta con los equipos. Es muy diferente una temporada completa a lo que significa el estímulo de jugar cinco semanas. Londres genera la ilusión de estar en otro Juego Olímpico. Siempre está la intención de ir por una meta más. Si no llego, buscaré la manera de estar junto al equipo. Tengo la experiencia para acompañarlos y ayudarlos para que se mantengan en el lugar que hoy están.
El recuerdo del Preolímpico
“Fue un año completamente atípico. Tuve vértigo de competencia, de tratamiento, de todo… Ahora paré un poquito la velocidad de lo que veníamos viviendo, porque constantemente subíamos la intensidad. El Preolímpico tuvo todas las sensaciones que puedas pedir; cosas buenas y malas. La conexión con la gente fue algo increíble. Al terminar, no dudás en decir: ‘Éste es el torneo que siempre quise jugar’. Pero realmente no fue fácil, me tuve que preparar mentalmente”, dijo Oberto mientras su vista se perdía en busca de recuerdos.
-¿Da placer generar alegrías a quienes viven realidades muy duras?
-Mirar a la tribuna y ver que había banderas de todos los puntos del país, realmente daba mucho placer. Es verdaderamente un orgullo.
Fuente: Diario La Mañana
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