Un Campazzo de ventaja

Peñarol se puso 2-0 con una gran producción de sus relevos. Se impuso por 82 a 66 y viajará a Córdoba con una diferencia tranquilizadora. La tremenda actuación de los suplentes peñarolenses estableció la luz. Y el juvenil base, con defensa y puntos, fue gran figura.

Peñarol dio anoche otro paso fundamental hacia el título. Con más esfuerzo. Pero imponiendo las bondades de su banco de relevos, que ingresó en el segundo cuarto con partido parejo y fue sacando totalmente de línea a los cordobeses, que habían arrancado bien, hasta quebrarlos hacia el final del tercer cuarto. El triunfo por 82 a 66 puso la serie final de la Liga Nacional de Básquetbol con un 2 a 0 más que tranquilizador para el conjunto marplatense, que en el tercer partido del lunes irá a buscar otra victoria.

Se aguardaba otra historia y lo fue. Se esperaba a otro Atenas y eso ocurrió. El conjunto cordobés no fue el partenaire del primer partido y presentó una oposición muy importante en la primera parte del partido.

Indudablemente, defendió mejor. Se desinteresó de las ayudas para impedir las descargas al perímetro posteriores a los rompimientos, que tanto daño le hicieron en el primer partido. Y así logró quitarle espacios y comodidad a los tiradores de Peñarol.

El equipo marplatense, en consecuencia, no pudo jugar con la comodidad del primer juego. Logró defender bien en el perímetro, pero no al juego interior. La salida de Williams a tirar al poste alto fue, de arranque, un problema sin solución.

Para colmo de males, con el marcador 13 a 13, a falta de 3?48?, en un contraataque favorable Martín Leiva llegó insólitamente a su tercera falta personal (ver aparte).

La ausencia del pivote le permitió también gravitar a Greg Lewis en la parte final del parcial. Entre los dos extranjeros anotaron 15 de los 22 puntos que Atenas consiguió en los primeros diez minutos, favorables a los cordobeses por apenas un doble.

Pero ya sea porque ambos extranjeros llegaron a su segunda falta o porque Sergio Hernández mandó a la cancha a casi toda la Segunda Brigada, Sebastián González tomó la decisión de sentar a Lewis y Williams en el comienzo del segundo parcial. Y perdió la chance de seguir lastimando mientras Leiva estaba fuera de combate.

Peñarol aprovechó entonces para consolidar su defensa con los suplentes. Lo hizo de tal modo que apenas permitió cuatro puntos de Atenas en los primeros seis minutos y fracción del segundo parcial.

Paulatinamente, entonces, el conjunto marplatense se apoderó del mando del partido. Le costó convertir, pero los robos y corridas en contraataque de Campazzo le permitieron pasar al frente. El juvenil base, además, puso muy nervioso a Lábaque, quien le cometió una falta intencional y condicionó su presencia en la etapa con tres infracciones.

El regreso al partido de Leo Gutiérrez, como si fuera poco, le sacó lustre a la producción ofensiva del equipo y Alejandro Reinick, además de defender como un león, sumó puntos muy valiosos.

Peñarol logró una máxima ventaja de 39 a 28 y parecía acercarse al quiebre. Sin embargo, durmió una ?siesta? sobre el cierre. Gerbaudo aplicó cinco puntos consecutivos en los segundos finales y la diferencia se redujo a 39-35.

Pero en el festejo de la última conversión del base se le sancionó una falta técnica al banco cordobés. Peñarol, a falta de 15?, le sacó máxima renta a la contingencia. Tato metió los dos tiros libres y, tras la reposición, Gutiérrez metió uno de sus ?bombazos? característicos y la ventaja se hizo de 44 a 35 para ir al descanso.

El elenco marplatense estuvo complicado un rato más en el segundo tiempo. La defensa cordobesa sólo le permitió anotar dos puntos en los primeros cinco minutos.

Pero el equipo de Hernández aguantó el mal momento con una defensa formidable. Algunas jugadas individuales de Leo Gutiérrez le permitió comenzar a superar el mal momento. Pero el golpe de escena llegó con dos triples de Campazzo y Safar. En un abrir y cerrar de ojos, la luz se hizo de 56 a 41.

Ese fue el quiebre del partido. Atenas se desesperó y comenzó a forzar demasiado sus ofensivas. Pero el tiro de tres puntos lo dejó huérfano. No pudo anotar ni un solo lanzamiento remoto en el parcial (apenas 3 de 22 triples en todo el cotejo) y perdió todas sus posibilidades en esos minutos.

Campazzo le agregó gol a una conducción inteligente, apareció el pase extra y la diferencia se hizo de veinte puntos (61-41), segundos antes del final del tercer parcial.

Prácticamente que el partido concluyó entonces. Atenas, pese a luchar mucho, siguió abollando el aro de tres puntos y no tuvo con qué dar vuelta la historia y Peñarol manejó la diferencia con oficio.

Casi que lo único notable fue el incidente del final cuando Barovero evitó con una falta muy violenta una volcada de Kyle Lamonte para rubricar el partido. Reaccionó Selem Safar e ingresaron todos los suplentes de Atenas para defender al infractor, en definitiva descalificado. Lo mismo que todos los suplentes griegos que ingresaron a la cancha.

Síntesis

Peñarol: Nicolás Lauria (7 puntos), Pablo Rodríguez (10), Leonardo Gutiérrez (17), Martín Leiva (1) y Kyle Lamonte (11). Entrenador: Sergio Hernández. Ingresaron: Alejandro Diez (1), Marcos Mata (7), Facundo Campazzo (15), Selem Safar (8) y Alejandro Reinick (5).

Atenas: Matías Lescano (11), Bruno Lábaque (4), Miguel Gerlero, James Williams (13) y Gregory Lewis (14). Entrenador: Sebastián González. Ingresaron: Diego Gerbaudo (5), Juan Manuel Rivero, Pablo Orlietti, Felipe País (6), Mariano García (6) y Bruno Barovero (7).

Progresión:20-Atenas 22; 44-35 (24-13); 61-43 (17-8); 82-66 (21-23).
Incidencias: Descalificado Barovero (A)
Árbitros: A. Chiti; J. Fernández; F. Vito.
Cancha: Polideportivo Islas Malvinas (M. de Plata).

Crónica: Diario La Capital
Foto: Gentileza ligateunafoto.com

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