Este Peñarol versión 2010/11 ha sido capaz de ganar con performances brillantes, y también a partir del esfuerzo y la solidaridad. El "milrayitas" ha demostrado que concentrado y enfocado puede ofrecer performances contundentes y lujosas como la del quinto partido ante Regatas Corrientes.
Y que también puede imponerse trabajando los partidos, desde el esfuerzo y la solidaridad. Como sucedió el jueves, en el primer juego semifinal ante Libertad.
En ese contexto peñarolense, donde lucieron Leonardo Gutiérrez y Tato Rodríguez con impecables producciones ofensivas, también es posible brillar desde el sacrificio. Esa responsabilidad que le cupo a Alejandro Reinick, ovacionado por el público tras su gestión defensiva frente a Robert Battle. Así dialogó con LA CAPITAL:
-Tal vez por el cierre tranquilo, sin sobresaltos, ¿pareció un triunfo más sencillo de lo que realmente fue?
-La verdad es que no fue nada sencillo. Quizás hicimos que parezca un poco más fácil por la diferencia con la que manejamos el trámite del juego. Pero fue difícil ante un rival con mucha jerarquía, mucha experiencia y que nunca se da por vencido. Cada vez que parecía que nos despegábamos un poquito y los podíamos quebrar, se nos volvían a poner a tiro. El mérito fue que tuvimos la inteligencia necesaria para trabajar el partido y llegar con cierta ventaja al final.
-¿En el segundo tiempo se pudo jugar con mayor frecuencia a lo que quiso Peñarol?
-Sí, sí. Logramos prevalecer con la defensa, los obligamos a buscar otras opciones de ataque que a ellos no les resultaban cómodas. Desgastar a sus jugadores claves fue muy importante. Les bajamos el goleo y conseguimos correr algunas veces, que es lo que nos gusta a nosotros.
-Igual no pudieron correr tanto como hubiesen querido...
-No, es cierto. Estamos acostumbrados a tener más contraataque y analizando a Libertad, una de las principales armas para anotar eran precisamente las réplicas en velocidad. No pudimos hacerlo tanto, pero si en un partido en el que el rival mete sesenta y pico de puntos, y vos podés anotar un tres o cuatro veces por ataque rápido, sacás una diferencia importante.
-Battle es un interno muy respetado en la Liga y pudiste defenderlo muy bien. ¿Cómo es enfrentarlo?
-Es un tipo que intimida ahí abajo. Es muy fuerte y si te gana la posición, es capaz de saltar y volcarla aún con vos colgado encima. Hay que desgastarlo, sacarlo, y creo que con Martín (Leiva) lo hicimos muy bien. Los obligamos a que, cuando lo buscaron a él, no les diera resultados, y por momentos, hasta renunciaron a esa acción, buscando juego para los tiradores u otro jugador. Por esa razón, cualquiera de los internos del equipo nos fuimos muy contentos.
-Es muy fuerte pero para nada malintencionado...
-No, para nada. Yo jugué con él, lo conozco y es flor de tipo, pero adentro de la cancha, las que recibió abajo del aro y le tuve que dar, le di (risas).
-También te quedó tiempo para aportar algunos puntos y rebotes en ataque...
-Sí, pero yo me voy contento con el juego de conjunto. Me sentí cómodo adentro de la cancha, aportando lo mío y obviamente, si viene algo más, de yapa, mucho mejor. Me sentí bien en defensa, cortando el sistema de juego interior de Libertad. Creo que eso fue lo que más le sirvió al equipo y lo que me puso más contento.
-Sos un jugador muy querido por la gente, y esta vez, al margen del afecto, merecías el aplauso por tu trabajo. ¿Qué sentiste?
-Yo soy un eterno agradecido a la gente de Peñarol. Desde el día en que llegué acá. Les agradezco, en primer lugar, por haberme traído y permitido vivir todas las cosas que viví en este club. Y espero vivir muchas más. El reconocimiento que me da la gente cada vez que tengo un partido como hoy -por el jueves- me pone muy feliz y me da ánimos y fuerzas para enfocarme en el próximo partido.
-¿Qué se puede esperar para el segundo juego?
-Cambia todo. Es una historia nueva. En el primero nos conocimos, nos presentamos. Ahora hay que mezclar y dar de nuevo. Seguro va a ser como contra Regatas. Ninguno de los cincos partidos fue igual. Hay dos entrenadores que saben muchísimo de básquet y pueden cambiar todos los esquemas para el siguiente partido y hay que empezar de cero.
Fuente: Diario La Capital
Y que también puede imponerse trabajando los partidos, desde el esfuerzo y la solidaridad. Como sucedió el jueves, en el primer juego semifinal ante Libertad.
En ese contexto peñarolense, donde lucieron Leonardo Gutiérrez y Tato Rodríguez con impecables producciones ofensivas, también es posible brillar desde el sacrificio. Esa responsabilidad que le cupo a Alejandro Reinick, ovacionado por el público tras su gestión defensiva frente a Robert Battle. Así dialogó con LA CAPITAL:
-Tal vez por el cierre tranquilo, sin sobresaltos, ¿pareció un triunfo más sencillo de lo que realmente fue?
-La verdad es que no fue nada sencillo. Quizás hicimos que parezca un poco más fácil por la diferencia con la que manejamos el trámite del juego. Pero fue difícil ante un rival con mucha jerarquía, mucha experiencia y que nunca se da por vencido. Cada vez que parecía que nos despegábamos un poquito y los podíamos quebrar, se nos volvían a poner a tiro. El mérito fue que tuvimos la inteligencia necesaria para trabajar el partido y llegar con cierta ventaja al final.
-¿En el segundo tiempo se pudo jugar con mayor frecuencia a lo que quiso Peñarol?
-Sí, sí. Logramos prevalecer con la defensa, los obligamos a buscar otras opciones de ataque que a ellos no les resultaban cómodas. Desgastar a sus jugadores claves fue muy importante. Les bajamos el goleo y conseguimos correr algunas veces, que es lo que nos gusta a nosotros.
-Igual no pudieron correr tanto como hubiesen querido...
-No, es cierto. Estamos acostumbrados a tener más contraataque y analizando a Libertad, una de las principales armas para anotar eran precisamente las réplicas en velocidad. No pudimos hacerlo tanto, pero si en un partido en el que el rival mete sesenta y pico de puntos, y vos podés anotar un tres o cuatro veces por ataque rápido, sacás una diferencia importante.
-Battle es un interno muy respetado en la Liga y pudiste defenderlo muy bien. ¿Cómo es enfrentarlo?
-Es un tipo que intimida ahí abajo. Es muy fuerte y si te gana la posición, es capaz de saltar y volcarla aún con vos colgado encima. Hay que desgastarlo, sacarlo, y creo que con Martín (Leiva) lo hicimos muy bien. Los obligamos a que, cuando lo buscaron a él, no les diera resultados, y por momentos, hasta renunciaron a esa acción, buscando juego para los tiradores u otro jugador. Por esa razón, cualquiera de los internos del equipo nos fuimos muy contentos.
-Es muy fuerte pero para nada malintencionado...
-No, para nada. Yo jugué con él, lo conozco y es flor de tipo, pero adentro de la cancha, las que recibió abajo del aro y le tuve que dar, le di (risas).
-También te quedó tiempo para aportar algunos puntos y rebotes en ataque...
-Sí, pero yo me voy contento con el juego de conjunto. Me sentí cómodo adentro de la cancha, aportando lo mío y obviamente, si viene algo más, de yapa, mucho mejor. Me sentí bien en defensa, cortando el sistema de juego interior de Libertad. Creo que eso fue lo que más le sirvió al equipo y lo que me puso más contento.
-Sos un jugador muy querido por la gente, y esta vez, al margen del afecto, merecías el aplauso por tu trabajo. ¿Qué sentiste?
-Yo soy un eterno agradecido a la gente de Peñarol. Desde el día en que llegué acá. Les agradezco, en primer lugar, por haberme traído y permitido vivir todas las cosas que viví en este club. Y espero vivir muchas más. El reconocimiento que me da la gente cada vez que tengo un partido como hoy -por el jueves- me pone muy feliz y me da ánimos y fuerzas para enfocarme en el próximo partido.
-¿Qué se puede esperar para el segundo juego?
-Cambia todo. Es una historia nueva. En el primero nos conocimos, nos presentamos. Ahora hay que mezclar y dar de nuevo. Seguro va a ser como contra Regatas. Ninguno de los cincos partidos fue igual. Hay dos entrenadores que saben muchísimo de básquet y pueden cambiar todos los esquemas para el siguiente partido y hay que empezar de cero.
Fuente: Diario La Capital
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