Perdió el bigote, ganó el ascenso

Daniel Maffei, el entrenador que entró en la historia de Quilmes. El DT tuvo que afeitarse terminado el partido a raíz de una promesa. "En un momento nos maltrataron mucho", afirmó. Y le dio gran parte del mérito al grupo. "Por ahí el mejor que integré", definió.

Todo lo que había ganado Quilmes en la Liga Nacional de Básquetbol, los tres ascensos anteriores, lo había logrado de la mano de Oscar Sánchez. "Huevo", incluso, dirigió al equipo en las dos únicas ocasiones en las que llegó a semifinales. Y ningún otro entrenador había reportado alegrías importantes. Tanto que se creó una especie de mito sobre el tema.

Daniel Maffei, entonces, logró lo que nadie pudo. Y para festejarlo se rasuró su bigote. "Ahí quedó, en el vestuario. Era una promesa. Antes de entrar al TNA-1 hice la promesa de afeitarme el candado si lográbamos entrar entre los ocho mejores y luego de cortarme el bigote si alcanzábamos el ascenso. A las promesas hay que cumplirlas. Y en todas las promesas hay que poner en juego algo cuya pérdida duela. A mí no me gusta verme sin bigote. A mi mujer, me parece que le va a gustar menos ?Pero había que cumplir", le dijo Maffei a LA CAPITAL, recién afeitado, rodeado de su mujer y sus hijos.

-Ingresaste en la historia de Quilmes como el único entrenador que ganó un título nacional después de Oscar Sánchez?

-Sí, puede ser. Pero no me interesan demasiado esas cuestiones. Yo vine a hacer un trabajo, nos propusimos un objetivo y se cumplió. Costó mucho, pero ascendimos. Eso es lo único que cuenta.

-Terminaron dando la imagen de un grupo tremendamente motivado y un equipo muy sólido en esta parte final del torneo?

-Es así. Mejoramos mucho y obviamente la llegada de Hopson y Pablo Espinoza potenciaron mucho al plantel. De todas formas, la fuerza nace del compromiso del grupo, uno de los mejores que integré. Nadie más que nosotros sabe las que pasamos. Y el grupo siempre estuvo positivo, bien dispuesto, unido.

-Escuché mucho esta noche a tus jugadores hablar sobre todo lo que habían sufrido durante la temporada. ¿Fue para tanto?

-Sí, pasamos unas cuantas. Yo hoy no puedo decir que fue un año hermoso porque estaría mintiendo. Nos maltrataron mucho. No sé porque fue así, pero nos castigaron muchísimo. Esto es como cuando se muere un tipo. Ante la muerte, todos le buscan las virtudes a la persona que falleció. Y por ahí era un hijo de puta. Si el tipo que murió era un hijo de puta, yo voy a decir que era un hijo de puta. Esto es lo mismo. No puedo decir que fue todo color de rosas, porque estaría mintiendo.

-¿Qué lugar ocupa este título con Quilmes en su carrera?

-Uno muy importante. Pero nada va a superar al ascenso que logré con Belgrano de San Nicolás, el equipo en el que nací, me formé y soy hincha. Lo que viví aquella vez fue inolvidable, irrepetible. Pero este ascenso es un logro muy lindo para mí,

-Si tuviera que elegir alguna virtud del equipo que lo haya traído hasta aquí, ¿con cuál se quedaría?

-Con el grupo. Por ahí el mejor que integré. Un plantel que trabajó un montón para llegar a este objetivo, sin verso. Cuando estaba en duda nuestra clasificación al TNA-1, el psicólogo del equipo, Germán Diorio, hizo una serie de entrevistas. Y la resultante fue que el equipo, por dentro, estaba muy bien. ?El grupo está bárbaro?, me dijo. Y yo me quedé tranquilo porque esa es la condición básica para después encarar todo lo demás.

-Usted destaca la importancia del grupo. Pero es increíble, al menos visto de afuera, lo que Hopson potenció a Quilmes. Hacía rato que no se veía en el TNA un jugador que marcara semejante diferencia?

-Sí, es cierto. Pero no vino por obra y gracia del Espíritu Santo. Lo teníamos apuntado hacía tiempo, incluso pudimos traerlo a comienzos de temporada. Alguno dirá ahora por qué no lo trajeron de arranque. Siempre es así. Lo cierto es que en ese momento no se pudo. Después, lamentablemente, tuvo que intervenir esa tremenda tragedia que fue el tsunami para el pueblo japonés para que Hopson llegara al equipo. Sin dudas que hizo un trabajo fantástico que ayudó a todos. Pero lo que hay que destacar es que este grupo, tan sólido, permitió que Hopson entrara y le dio un lugar. Y después permitió que Pablo Espinoza entrara y le dio su lugar. Este grupo dejó de lado intereses personales en función del equipo.

-¿Ya se pensó algo para la próxima temporada?

-Yo tengo un año más de contrato. Pero ahora nos vamos a tomar unos días para festejar. Aunque no podrá ser mucho. A lo sumo, una semana. Y después nos pondremos a trabajar.

Fuente: Diario La Capital

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