Durante el Juego de las Estrellas, mientras disfrutaba de las mieles del N° 1, Julio Lamas, el DT de Obras, lo puso en palabras exactas: “Nosotros tuvimos un muy buen verano, pero la clave es el otoño: la parte decisiva de nuestro básquet está en otoño”.
Lejos de pintar todo de ocre, el otoño verde florece en mil colores.
Atenas, que pasó del idilio de diciembre de 2010 a un preocupante febrero-marzo (11 caídas en 16 juegos), ya volvió a convencer a todos: demuestra una fortaleza colectiva que conmueve, tiene el ánimo blindado y, después de vencer a Quimsa 72-60, está 2-0 en “semis”, a un triunfo de mandarse derechito al Orfeo, a jugar su tercera final consecutiva.
La primera parte se pareció mucho a la del primer juego. Quimsa dominó en el arranque con el trío Lo Grippo-Dionisio Gómez-Aguirre (el miércoles había sido con “LG” y Tintorelli), aunque esta vez lo hizo con más intensidad defensiva y otra variante: el goleo del “Penca”.
El Griego atravesó su mejor momento con una seguidilla de seis puntos, pero la visita se llevó esos 10 minutos por 20-17.
Como el miércoles, los ingresos de Rivero y Gerbaudo aportaron frescura (ocho puntos entre ambos en un ratito).
Cuando a la movida ateniense se sumaron Lewis y Williams en ataque, el combo fue redondo y un parcial de 14-5 para sacar ocho (36-28) con una corajeada del “enmascarado”.
Los del “Negro” Romano acortaron con cinco seguidos, aunque allí se dio otra coincidencia con el primer juego. ¿Cuál? La última conversión de Atenas apareció desde el perímetro, con un triple de Lábaque (39-33).
El Griego salió hecho un demonio del vestuario, encerró a su rival en defensa, metió nueve puntos en un suspiro y pareció fotocopiar ese monumental 21-2 del juego pasado. Sacó 15 dos veces (48-33 y 50-45), pero Quimsa encontró la solución que el miércoles no tuvo: los triples.
Tres bombazos lo pusieron en carrera (uno de Marín y dos de Treise) y otro acierto desde el perímetro de Lo Grippo (cuarto de su equipo en el cuarto) lo dejaron a solo seis (55-49).
El quiebre se dio un ratito después: entre el cierre de ese cuarto y el comienzo del siguiente.
El momento sublime fue, precisamente, en el amanecer de los últimos 10, con triplazos de Gerbaudo y Rivero que colocaron al verde a 19 (72-51), e hicieron explotar al público. Fue una piña exacta, capaz de resquebrajar la resistencia santiagueña y disfrutar de la fiesta sin nada de sufrimiento.
Síntesis:
Atenas: Bruno Lábaque 3, Matías Lescano 8, Miguel Gerlero 10, Gregory Lewis 19, James Williams 15, Diego Gerbaudo 11, Juan Manuel Rivero 6, Mariano García 0. DT: Sebastián González.
Quimsa: Nicolás Aguirre 8, Julio Mázzaro 1, Federico Marín 7, Diego Lo Grippo 13, Dionisio Gómez 17, Jonatan Treise 14, Diego Cavaco 0, Damián Tintorelli 0. DT: Carlos Romano.
Parciales: 17-20; 39-33 (22-13); 60-49 (21-16); 72-60 (12-11).
Árbitros: Alejandro Chiti, Alejandro Ramallo y Javier Mendoza.
Cancha: Polideportivo Carlos Cerutti.
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Fuente: Mundo D
Lejos de pintar todo de ocre, el otoño verde florece en mil colores.
Atenas, que pasó del idilio de diciembre de 2010 a un preocupante febrero-marzo (11 caídas en 16 juegos), ya volvió a convencer a todos: demuestra una fortaleza colectiva que conmueve, tiene el ánimo blindado y, después de vencer a Quimsa 72-60, está 2-0 en “semis”, a un triunfo de mandarse derechito al Orfeo, a jugar su tercera final consecutiva.
La primera parte se pareció mucho a la del primer juego. Quimsa dominó en el arranque con el trío Lo Grippo-Dionisio Gómez-Aguirre (el miércoles había sido con “LG” y Tintorelli), aunque esta vez lo hizo con más intensidad defensiva y otra variante: el goleo del “Penca”.
El Griego atravesó su mejor momento con una seguidilla de seis puntos, pero la visita se llevó esos 10 minutos por 20-17.
Como el miércoles, los ingresos de Rivero y Gerbaudo aportaron frescura (ocho puntos entre ambos en un ratito).
Cuando a la movida ateniense se sumaron Lewis y Williams en ataque, el combo fue redondo y un parcial de 14-5 para sacar ocho (36-28) con una corajeada del “enmascarado”.
Los del “Negro” Romano acortaron con cinco seguidos, aunque allí se dio otra coincidencia con el primer juego. ¿Cuál? La última conversión de Atenas apareció desde el perímetro, con un triple de Lábaque (39-33).
El Griego salió hecho un demonio del vestuario, encerró a su rival en defensa, metió nueve puntos en un suspiro y pareció fotocopiar ese monumental 21-2 del juego pasado. Sacó 15 dos veces (48-33 y 50-45), pero Quimsa encontró la solución que el miércoles no tuvo: los triples.
Tres bombazos lo pusieron en carrera (uno de Marín y dos de Treise) y otro acierto desde el perímetro de Lo Grippo (cuarto de su equipo en el cuarto) lo dejaron a solo seis (55-49).
El quiebre se dio un ratito después: entre el cierre de ese cuarto y el comienzo del siguiente.
El momento sublime fue, precisamente, en el amanecer de los últimos 10, con triplazos de Gerbaudo y Rivero que colocaron al verde a 19 (72-51), e hicieron explotar al público. Fue una piña exacta, capaz de resquebrajar la resistencia santiagueña y disfrutar de la fiesta sin nada de sufrimiento.
Síntesis:
Atenas: Bruno Lábaque 3, Matías Lescano 8, Miguel Gerlero 10, Gregory Lewis 19, James Williams 15, Diego Gerbaudo 11, Juan Manuel Rivero 6, Mariano García 0. DT: Sebastián González.
Quimsa: Nicolás Aguirre 8, Julio Mázzaro 1, Federico Marín 7, Diego Lo Grippo 13, Dionisio Gómez 17, Jonatan Treise 14, Diego Cavaco 0, Damián Tintorelli 0. DT: Carlos Romano.
Parciales: 17-20; 39-33 (22-13); 60-49 (21-16); 72-60 (12-11).
Árbitros: Alejandro Chiti, Alejandro Ramallo y Javier Mendoza.
Cancha: Polideportivo Carlos Cerutti.
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Fuente: Mundo D
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