Rotundo triunfo de Peñarol en la primera final ante Atenas. Un primer tiempo perfecto del ?olímpico? y compañía decidió esta primera pulseada. Las cifras finales de la victoria, 95 a 64, dicen mucho sobre el partido. Mañana, otra vez a las 21.10, el segundo ?chico?.
La serie final de la Liga Nacional de básquetbol tuvo un comienzo soñado para Peñarol, que jugó un primer tiempo perfecto que le permitió vapulear a Atenas de Córdoba por 95 a 64 y arrancar 1-0 esta definición. El equipo marplatense en esos primeros veinte minutos, de los mejores de la temporada, fue una máquina de jugar al básquetbol. Y en ellos Leo Gutiérrez, con veinte puntos, rebote, defensa y pases, brilló con luz propia para liderar una orquesta afinada. El segundo cotejo se jugará mañana a las 21.10 también en el Polideportivo.
Peñarol le mandó un a Atenas un mensaje claro y contundente en esta primera final. Le hizo saber que está en uno de sus puntos más altos de la temporada y que se siente muy a gusto en este tipo de partidos.
Fue abrumador el dominio peñarolense en el primer tiempo. Porque plantó, una vez más, una defensa eficaz, sobre todo en el perímetro cordobés. Y porque tuvo una de esas noches dulces con el aro que suele tener en el Polideportivo.
Leonardo Gutiérrez abrió el marcador con un tiro de tres puntos y fue toda una premonición. Las oportunidades de tomar tiros limpios desde el perímetro fueron muchas para el equipo marplatense desde el vamos. Incluso, los tomó a la carrera, para finalizar contraataques.
Y más que fragilidad defensiva del rival fue mérito del famoso pase extra, recurso anoche más prolífico que nunca.
Sebastián González, entrenador de los cordobeses, tuvo que pedir minuto cuando restaban 5?16? para finalizar el primer cuarto y Peñarol ya ganaba 15 a 5. A esa altura, Atenas lucía definitivamente incómodo, nervioso, errático. Lo único bueno para sus posibilidades era que lograba poner en problemas de faltas a Martín Leiva y después a su relevo, Alejandro Reinick. Y poco más. Apenas un cierre interesante de primer cuarto, para salir sólo ocho puntos detrás (16-24) al segundo parcial, en una posición expectante.
No le sirvió de mucho. El equipo marplatense siguió intratable. Por momentos, dio una lección de básquetbol. Y sin pivote natural en la cancha.
Lamonte, como siempre, rompió un poco el molde de la circulación del balón. Pero anoche anduvo efectivo como pocas veces. Tras siete puntos en fila suyos, Leo Gutiérrez encadenó dos ?bombazos? consecutivos (fueron seis suyos en el primer tiempo) y la renta se elevó a 39 a 23 a falta de 6?30?.
Un Gutiérrez indetenible y generoso lideró una ofensiva que funcionó como un violín y nadie le fue en zaga al ala-pivote en cuanto a puntería. Selem Safar vino con otros desde el banco y las diferencias treparon por encima de los veinte puntos. No fueron más grandes porque, en medio del descalabro, Atenas mantuvo algo de disciplina y buscó aprovechar la ausencia transitoria de Leiva con Williams y Lewis. Los pivotes consiguieron sus puntos, pero no pudieron impedir que la lucha se defina prácticamente en la primera parte. Peñarol se fue al descanso con un 55-32 lapidario.
El segundo tiempo no tuvo tanto brillo. Atenas defendió mucho mejor sobre el perímetro y menguaron los escalofriantes porcentajes de tiro abierto (67%, con 10 de 15 triples) que el local tuvo en el primer tiempo.
Sin embargo, Peñarol, pese a la gran ventaja, no se relajó ni un ápice. Si Atenas cerró el cerco sobre los perimetrales, el equipo de Hernández lo hizo con la dupla de extranjeros de los ?griegos?. Y, a falta del tiro de tres puntos, buscó e incrementó la diferencia con los tiros cortos de Martín Leiva. El propio pivote, después de una gran sucesión de pases, anotó un tiro de tres puntos que llevó la diferencia a veintiocho puntos, 71 a 43, a falta de un minuto para el final del parcial.
El cuarto final estuvo de más. Fue una anécdota. El entrenador cordobés, Sebastián González, ya no utilizó a sus extranjeros. Sergio Hernández también cuidó a Leonardo Gutiérrez y les dio el gusto de su vida a los pibes Matías Sesto y Mauro Cerone, quienes entraron un ratito cerca del final. El primero, incluso, anotó cinco puntos consecutivos y le puso la frutilla a un postre muy generoso.
Síntesis
Peñarol 95: S.Rodríguez 15, K.Lamonte 18, N.Lauría 5, L.Gutiérrez 23 y M.Leiva 13 (FI); A.Reinick 2, F.Campazzo 4, M.Fierro 0, A.Diez 2, S.Safar 8, M.Sesto 5 y M.Cerone 0. DT: Sergio Hernández.
Atenas 64: B.Lábaque 13, M.Lescano 7, M.Gerlero 2, G.Lewis 8 y J.Williams 13 (FI); M.García 5, D.Gerbaudo 3, J.M.Rivero 3, F.Pais 3, P.Orlietti 2 y B.Barovero 5. DT: Sebastián González.
Cancha: estadio Polideportivo Islas Malvinas.
Arbitros: Fernando Sampietro, Alejandro Ramallo y Oscar Britez.
Progresión: 24-16, 55-32 y 73-46.
Crónica: Diario La Capital
Foto: Gentileza ligateunafoto.com
La serie final de la Liga Nacional de básquetbol tuvo un comienzo soñado para Peñarol, que jugó un primer tiempo perfecto que le permitió vapulear a Atenas de Córdoba por 95 a 64 y arrancar 1-0 esta definición. El equipo marplatense en esos primeros veinte minutos, de los mejores de la temporada, fue una máquina de jugar al básquetbol. Y en ellos Leo Gutiérrez, con veinte puntos, rebote, defensa y pases, brilló con luz propia para liderar una orquesta afinada. El segundo cotejo se jugará mañana a las 21.10 también en el Polideportivo.
Peñarol le mandó un a Atenas un mensaje claro y contundente en esta primera final. Le hizo saber que está en uno de sus puntos más altos de la temporada y que se siente muy a gusto en este tipo de partidos.
Fue abrumador el dominio peñarolense en el primer tiempo. Porque plantó, una vez más, una defensa eficaz, sobre todo en el perímetro cordobés. Y porque tuvo una de esas noches dulces con el aro que suele tener en el Polideportivo.
Leonardo Gutiérrez abrió el marcador con un tiro de tres puntos y fue toda una premonición. Las oportunidades de tomar tiros limpios desde el perímetro fueron muchas para el equipo marplatense desde el vamos. Incluso, los tomó a la carrera, para finalizar contraataques.
Y más que fragilidad defensiva del rival fue mérito del famoso pase extra, recurso anoche más prolífico que nunca.
Sebastián González, entrenador de los cordobeses, tuvo que pedir minuto cuando restaban 5?16? para finalizar el primer cuarto y Peñarol ya ganaba 15 a 5. A esa altura, Atenas lucía definitivamente incómodo, nervioso, errático. Lo único bueno para sus posibilidades era que lograba poner en problemas de faltas a Martín Leiva y después a su relevo, Alejandro Reinick. Y poco más. Apenas un cierre interesante de primer cuarto, para salir sólo ocho puntos detrás (16-24) al segundo parcial, en una posición expectante.
No le sirvió de mucho. El equipo marplatense siguió intratable. Por momentos, dio una lección de básquetbol. Y sin pivote natural en la cancha.
Lamonte, como siempre, rompió un poco el molde de la circulación del balón. Pero anoche anduvo efectivo como pocas veces. Tras siete puntos en fila suyos, Leo Gutiérrez encadenó dos ?bombazos? consecutivos (fueron seis suyos en el primer tiempo) y la renta se elevó a 39 a 23 a falta de 6?30?.
Un Gutiérrez indetenible y generoso lideró una ofensiva que funcionó como un violín y nadie le fue en zaga al ala-pivote en cuanto a puntería. Selem Safar vino con otros desde el banco y las diferencias treparon por encima de los veinte puntos. No fueron más grandes porque, en medio del descalabro, Atenas mantuvo algo de disciplina y buscó aprovechar la ausencia transitoria de Leiva con Williams y Lewis. Los pivotes consiguieron sus puntos, pero no pudieron impedir que la lucha se defina prácticamente en la primera parte. Peñarol se fue al descanso con un 55-32 lapidario.
El segundo tiempo no tuvo tanto brillo. Atenas defendió mucho mejor sobre el perímetro y menguaron los escalofriantes porcentajes de tiro abierto (67%, con 10 de 15 triples) que el local tuvo en el primer tiempo.
Sin embargo, Peñarol, pese a la gran ventaja, no se relajó ni un ápice. Si Atenas cerró el cerco sobre los perimetrales, el equipo de Hernández lo hizo con la dupla de extranjeros de los ?griegos?. Y, a falta del tiro de tres puntos, buscó e incrementó la diferencia con los tiros cortos de Martín Leiva. El propio pivote, después de una gran sucesión de pases, anotó un tiro de tres puntos que llevó la diferencia a veintiocho puntos, 71 a 43, a falta de un minuto para el final del parcial.
El cuarto final estuvo de más. Fue una anécdota. El entrenador cordobés, Sebastián González, ya no utilizó a sus extranjeros. Sergio Hernández también cuidó a Leonardo Gutiérrez y les dio el gusto de su vida a los pibes Matías Sesto y Mauro Cerone, quienes entraron un ratito cerca del final. El primero, incluso, anotó cinco puntos consecutivos y le puso la frutilla a un postre muy generoso.
Síntesis
Peñarol 95: S.Rodríguez 15, K.Lamonte 18, N.Lauría 5, L.Gutiérrez 23 y M.Leiva 13 (FI); A.Reinick 2, F.Campazzo 4, M.Fierro 0, A.Diez 2, S.Safar 8, M.Sesto 5 y M.Cerone 0. DT: Sergio Hernández.
Atenas 64: B.Lábaque 13, M.Lescano 7, M.Gerlero 2, G.Lewis 8 y J.Williams 13 (FI); M.García 5, D.Gerbaudo 3, J.M.Rivero 3, F.Pais 3, P.Orlietti 2 y B.Barovero 5. DT: Sebastián González.
Cancha: estadio Polideportivo Islas Malvinas.
Arbitros: Fernando Sampietro, Alejandro Ramallo y Oscar Britez.
Progresión: 24-16, 55-32 y 73-46.
Crónica: Diario La Capital
Foto: Gentileza ligateunafoto.com
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