Diego Cavaco abrió el cofre de la felicidad

Los primeros días de febrero fueron realmente duros para Diego Cavaco. Olímpico, que había entrado en una malaria de resultados, decidió darle de baja y la noticia resultó difícil de digerir, porque era su tercera temporada en el club y porque se sentía cómodo en la provincia.

Sin embargo, a los pocos días apareció Quimsa en su vida, le hizo una oferta y no lo dudó. Quería seguir en Santiago y evitar que sus hijos (Ian y Uma) se vieran obligados a cambiar de ciudad, con todos los trastornos que eso significa.

En Quimsa lo recibieron con los brazos abiertos. Su entrenador le dio confianza. Sus compañeros le hicieron un lugar en el grupo. Y la afición no dudó en respaldarlo, como agradecimiento por haber cruzado el río.
Pasaron poco más de tres meses y Diego Cavaco disfruta hoy de un gran momento. Encontró su rol en el equipo y la noche del miércoles recibió el reconocimiento por la labor defensiva que realizó para contener a un extranjero de la categoría de Joshua Pittman.

Ayer, en el primer día de descanso que recibió el plantel, EL LIBERAL entrevistó a Diego Cavaco en su hogar y el momento fue propicio para presentar a su familia en sociedad.

“La verdad que se disfruta mucho. Fue un día normal: desayunar con los nenes, almorzar, llevarlos al cole, ir a buscarlos. Ian va al Colegio San Francisco y Uma a Mi Jardincito. Ahora, merendando y atendiendo el teléfono, porque llaman familiares y amigos por todo este momento. Disfrutando y a la vez descansando”, fueron las primeras palabras del alero marplatense.

-¿Qué importancia tuvo defender a Pittman en una serie durísima?
-Ellos tienen un gran equipo, con jugadores de jerarquía en todas las posiciones. Si los dejábamos jugar, que se agranden y que aparezcan en algún momento de la serie, iba a ser muy complicado. Defendimos muy bien los dos primeros juegos allá. La defensa fue la clave porque los sacamos del circuito ofensivo. El lunes, en el tercer juego, se sintieron cómodos en el segundo tiempo y ganaron. Eso era lo que no queríamos y ayer se pudo corregir. Prácticamente no tuvieron puntos de contragolpe ni tiros fáciles. Era importante contener a Pittman, que es un tremendo jugador. Lo conozco de hace 10 años de los clásicos entre Quilmes-Peñarol y cuando se agranda es un terrible jugador ofensivo.

-¿Sentiste el reconocimiento de la gente?
-Fue hermoso el reconocimiento, la ovación. Pero bueno… el cariño fue desde el primer día. Para mí era un desafío cruzar de vereda. La gente me lo hizo saber al instante, con el apoyo y el cariño hacia mi familia. La verdad que los resultados ayudan a que todo se vea de otra manera. Coronarlo con lo de anoche, que la cancha estaba impresionante, y que te lo reconozcan así, es un orgullo.

-¿Te pusiste a pensar que tus ex compañeros ya están de vacaciones y vos en semifinales?
-No. Yo hablo con los chicos, porque hice grandes amistades en el plantel. Hoy recibí mensajes de ellos, felicitándome.

-¿De quiénes?
-Nico (De los Santos), Enzo (Ruiz), Dieguito Guaita. Con el “Kily” hablo porque está en Santiago y también con Lucas (Picarelli). Quedó una relación espectacular. Yo lo sentí cuando me fui y ellos también lo sintieron. Seguir juntándome con ellos, en alguna comida, es lindo porque son amistades que uno va haciendo. Son cosas del deporte. Nosotros hace tres semanas podríamos haber quedado afuera y hoy estamos en carrera. Olímpico también podría haber seguido y quedó afuera hace más de dos semanas. El deporte es así.

-¿Qué tiene que ver Romano en este presente?
-El equipo fue bastante vapuleado durante todo el año, no encontró una irregularidad que se pretendía desde la Copa Argentina. Llevo tres meses en el club y cuando llegué no había forma de encontrar esa química de juego. Fechas antes de terminar la serie regular, hicimos buenos juegos afuera, se consiguieron buenos resultados y después en los playoffs se notó que el equipo maduró. Y en eso tuvo mucho que ver el Negro, que con su personalidad absorbe mucho las críticas y todo lo que sea en contra del equipo. Eso en el vestuario se hace sentir.

-¿Jugaste semifinales en tu carrera deportiva?
-Dos con Quilmes y tres con Libertad.

-¿Contra Atenas?
-Un año con Quilmes.

-¿Juega en la serie el hecho de que Atenas esté acostumbrado a jugar estas instancias?
-Noooo. Para el jugador, una vez que entras a la cancha, dejás de lado todo lo que son números y estadísticas. Para la gente es un club acostumbrado a todo esto, pero hay que jugarlo. No mucha gente daba por nosotros de que íbamos a estar en semifinales y gracias a Dios el equipo llegó en un nivel superlativo en los playoffs. Lo logramos y hoy en día estamos en una instancia que a muchos equipos les gustaría estar.

-¿Hablaste de la continuidad?
-Tengo un año más de contrato, ya lo firmé. Estoy muy cómodo, los chicos y la dirigencia me hicieron sentir muy cómodo. Quimsa es una de las mejores instituciones del país y yo he pasado por buenas instituciones, llámese Quilmes, Libertad, Regatas. Estoy orgulloso de estar en Santiago.

-¿Pasa por la cabeza el título?
-No. Vamos a ir partido a partido. El equipo se ha mentalizado de esa manera. Lo he palpado en el vestuario después de cada partido. Ganamos el primero en Obras y el festejo fue muy medido. Después del segundo, también. En ningún momento se habló del título. Vamos a ir a Córdoba a buscar un juego y si se dan los dos, bienvenidos sean.

Fuente: Diario El Liberal
Foto: Gentileza ligateunafoto.com

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