De puro corajudo, a los tumbos, con el corazón. A puro huevo: sin eufemismos. Así fue como Atenas mostró que podía cambiar una historia que, por el contexto (llegaba 0-2 en la serie final de la Liga Nacional) y por cómo se dio el juego (sufrido hasta el cansancio), pintaba complicadísima.
El Griego, que tuvo un parcial clave de 8-0 para pasar arriba 71-66 sobre el final, lo ganó 73-69: se arrancó el trauma de una posible barrida y rompió con el aura de equipo invencible que traía Peñarol de Mar del Plata.
La serie final, que parecía desequilibrada en “Mardel”, volvió a la paridad que se preveía. Es más, por momentos fue densa, hablada, al límite de lo soportable por la fricción. Pero está dicho que en playoffs no importa nada la diferencia. Vale ganar, sea por uno o por 50. Y Atenas se sacó de encima los complejos: está en carrera y desde mañana, después de haber (y haberse) demostrado que puede ganar, empieza un juego distinto, un ajedrez renovado.
Aunque la visita arrancó poco confiable desde la línea de tres, fue el que logró despegar-se más rápido: 11-4, mientras Atenas era un nudo en ofensiva. El Griego se bancó ese temporal y metió un parcial de 12-3, con Lábaque y Williams como abanderados, e igualó en 14. Después, cuando se sumaron al goleo Gerlero y García (además logró frenar a “Leo”), pasó al frente 25-21.
Pero parecía que siempre faltan cinco para el peso: otra vez, Atenas se hizo un lío en cada ataque y Peñarol, con su tridente Gutiérrez-Lamonte-Rodríguez, estiró la brecha a ocho (41-33 y 43-35), con uno de esos golpes anímicos de los partidos anteriores: un doble de Safar en el cierre del primer tiempo.
En el tercer cuarto, cuando el juego se hizo más hablado que un partido de truco y más entrecortado que monólogo de tartamudo, el equipo cordobés empezó a remontar: clavó una ráfaga de ocho puntos (6 de Lábaque, la figura del partido) para pasar arriba 54-52, pero Peñarol, con Lamonte y “Leo”, se puso 66-63.
Y a remar contra la corriente una vez más. Puesto ante la verdad, en el momento de quiebre, llegó el parcial decisivo de 8-0 (triples de Gerbaudo y Lescano y doble de Lábaque) que terminó por golpear la seguridad de Peñarol. Tanto, que Lamonte perdió la brújula (y un par de pelotas) y el verde respiró hondo. Desahogado, por fin. Ahora, a seguir remando.
Síntesis
Atenas: Bruno Lábaque 15, Juan M. Rivero 0, Matías Lescano 9, Greg Lewis 12 y James Williams 14. También entraron Pablo Orlietti 0, Diego Gerbaudo 7, Miguel Gerlero 10, Mariano García 6, Felipe Pais 0, Bruno Barovero 0. DT: S. González.
Peñarol: S. Rodríguez 13, Kyle Lamonte 18, Nicolás Lauría 0, Leonardo Gutiérrez 19 y Martín Leiva 2. También entraron Facundo Campazzo 3, Selem Safar 7, Marcos Mata 2, Alejandro Diez 5, Alejandro Reinick 0. DT: Sergio Hernández.
Parciales: 12-14; 35-43 (23-29); 55-56 (20-13); 73-69 (18-13).
Árbitros: Daniel Rodrigo, Diego Rougier y Roberto Smith.
Cancha: Orfeo.
Crónica: Mundo D
Foto: Gentileza ligateunafoto.com.ar
El Griego, que tuvo un parcial clave de 8-0 para pasar arriba 71-66 sobre el final, lo ganó 73-69: se arrancó el trauma de una posible barrida y rompió con el aura de equipo invencible que traía Peñarol de Mar del Plata.
La serie final, que parecía desequilibrada en “Mardel”, volvió a la paridad que se preveía. Es más, por momentos fue densa, hablada, al límite de lo soportable por la fricción. Pero está dicho que en playoffs no importa nada la diferencia. Vale ganar, sea por uno o por 50. Y Atenas se sacó de encima los complejos: está en carrera y desde mañana, después de haber (y haberse) demostrado que puede ganar, empieza un juego distinto, un ajedrez renovado.
Aunque la visita arrancó poco confiable desde la línea de tres, fue el que logró despegar-se más rápido: 11-4, mientras Atenas era un nudo en ofensiva. El Griego se bancó ese temporal y metió un parcial de 12-3, con Lábaque y Williams como abanderados, e igualó en 14. Después, cuando se sumaron al goleo Gerlero y García (además logró frenar a “Leo”), pasó al frente 25-21.
Pero parecía que siempre faltan cinco para el peso: otra vez, Atenas se hizo un lío en cada ataque y Peñarol, con su tridente Gutiérrez-Lamonte-Rodríguez, estiró la brecha a ocho (41-33 y 43-35), con uno de esos golpes anímicos de los partidos anteriores: un doble de Safar en el cierre del primer tiempo.
En el tercer cuarto, cuando el juego se hizo más hablado que un partido de truco y más entrecortado que monólogo de tartamudo, el equipo cordobés empezó a remontar: clavó una ráfaga de ocho puntos (6 de Lábaque, la figura del partido) para pasar arriba 54-52, pero Peñarol, con Lamonte y “Leo”, se puso 66-63.
Y a remar contra la corriente una vez más. Puesto ante la verdad, en el momento de quiebre, llegó el parcial decisivo de 8-0 (triples de Gerbaudo y Lescano y doble de Lábaque) que terminó por golpear la seguridad de Peñarol. Tanto, que Lamonte perdió la brújula (y un par de pelotas) y el verde respiró hondo. Desahogado, por fin. Ahora, a seguir remando.
Síntesis
Atenas: Bruno Lábaque 15, Juan M. Rivero 0, Matías Lescano 9, Greg Lewis 12 y James Williams 14. También entraron Pablo Orlietti 0, Diego Gerbaudo 7, Miguel Gerlero 10, Mariano García 6, Felipe Pais 0, Bruno Barovero 0. DT: S. González.
Peñarol: S. Rodríguez 13, Kyle Lamonte 18, Nicolás Lauría 0, Leonardo Gutiérrez 19 y Martín Leiva 2. También entraron Facundo Campazzo 3, Selem Safar 7, Marcos Mata 2, Alejandro Diez 5, Alejandro Reinick 0. DT: Sergio Hernández.
Parciales: 12-14; 35-43 (23-29); 55-56 (20-13); 73-69 (18-13).
Árbitros: Daniel Rodrigo, Diego Rougier y Roberto Smith.
Cancha: Orfeo.
Crónica: Mundo D
Foto: Gentileza ligateunafoto.com.ar
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