Atenas y una paliza al campeón

Si alguno de los hinchas griegos imaginó un desarrollo, una diferencia y un resultado más implacables que éstos, que levante la mano. Será difícil o acaso imposible encontrar alguno, porque la superioridad que evidenció Atenas sobre Peñarol durante casi todo el juego fue tan notable que parecía mentira. Un cuento de ciencia ficción

Pero puede que ni siquiera la brecha que hubo entre los dos alcance para dimensionar otra cuestión: que Atenas volvió a ser un equipo que se estira como chicle, en el cual la expresión colectiva resulta imposible de desagregar. Como en el mejor momento de 2010, el Griego fue ese conjunto que podía cambiar mil veces de cara sin resentirse en su filosofía: una defensa que se comió crudo a los conducidos por “el Oveja” Hernández, un ataque que no es propiedad de ninguno sino patrimonio de todos (de los 11 que jugaron, 10 se anotaron en el marcador) y una capacidad para amoldarse a formaciones muy disímiles en nombres y posiciones.

Todo lo que el verde pudo pasar a cobrar por ventanilla al final fue lo que invirtió y ahorró en el arranque, con un comienzo abrumador basado en una defensa intensa hasta lo insoportable y una ofensiva que se abría por múltiples vías. Tan duro fue ese golpe, ese arrebato, que Peñarol pronto se encontró abajo 11-0. Y tan consistente resultó ese rendimiento colectivo en los dos tableros que el primer cuarto terminó con un asombroso 22-6, sin que los milrayitas convirtieran tiros de campo (sólo 6 libres de Lamonte).

La diferencia llegó a estirarse a 26 puntos (34-8), en el comienzo del segundo cuarto. Justo ahí se dio la primera reacción de la visita, que disfrutó del destape de Leonardo Gutiérrez (10 puntos en un ratito, con dos triples incluidos) y metió un parcial de 17-5 que serruchó la desventaja, poco antes de un primer tiempo que cerró 41-25.

El tercer cuarto fue el más parecido al partido imaginado en la previa: se dañaron mutuamente, Peñarol encontró fluidez ofensiva (aparecieron Leiva, Mata y Rodríguez, hechos una sombra en la primera mitad) y amenazó con meterse en juego definitivamente.

Allí, justo cuando hacía falta, Atenas volvió a ser el del comienzo: dos recuperos de Gerlero y nueve puntos en cadena entre Lábaque (2), Lewis (2) y Gerbaudo (2) pusieron el tablero 66-44 y comenzaron a definir la historia apenas largaba el último cuarto.

Aunque sólo una hecatombe podía quitarle el triunfo, Atenas cambió de fisonomía (Lewis, García y Gerbaudo se lucieron en los dos tableros) pero siguió fiel a esa idea de asfixiar en defensa a su adversario y de imprimir una intensidad que pocos rivales pueden sostener.

Síntesis:

Atenas (90):
Bruno Lábaque 7, Juan Manuel Rivero 5 , Matías Lescano 7, Roberto Gabini 12 y James Williams 14 (FI); Diego Gerbaudo 11, Mariano García 7, Pablo Orlietti 3, Greg Lewis 16, Miguel Gerlero 8. DT: Sebastián González.

Peñarol (73): Sebastián Rodríguez 4, Kyle Lamonte 17, Marco Mata 4, Leo Gutiérrez 19, Martin Leiva 6 (FI); Alejandro Diez 8, Nicolás Lauría 5, Facundo Campazzo 4, Selem Safar 3, Alejandro Reinick 3. DT: Sergio Hernández.

Parciales: 22-6; 41-25 (19/19); 63-44 (22/19) y 90-73(27/29).
Árbitros: Pablo Estévez- Javier Mendoza.
Estadio: Polideportivo Carlos Cerutti.

Fuente: Mundo D
Foto: Gentileza Prensa Atenas

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