Estaba ahí, sentado, solo, con “La Nueva Provincia” como testigo. Un café cortado humeante y el silencio de las mesas que esperaban la merienda de los jugadores de Peñarol.
Algo más ojeroso de lo habitual, el bahiense Sergio Hernández pasaba las horas en nuestra ciudad, inmerso en una semana inolvidable, que empezó con la confirmación de que no continuaría como entrenador de la Selección Argentina de básquetbol y que, dos días después, lo golpeaba con el fallecimiento de su padre.
“Siempre los viajes a Bahía tienen un agregado, generalmente lindo, de poder ver a la familia y amigos, pero en este caso no fue así... De todas maneras, agradezco que coincidió todo”.
--Parece que tu Viejo te hubiera estado llamando.
--Sí, incluso, podría haber dejado para ayer (por el jueves) una visita, sin embargo, cuando fuimos a Monte (el viernes 12) agarré el auto y vine a visitarlo. Me sirvió para verlo vivo por última vez.
--Tengo imágenes de ustedes dos, despidiéndose en la terminal de Mar del Plata.
--¡Sí! Me seguía mucho.
--Igual no tenían una la relación confidencial.
--De chico no éramos de ir juntos a todos lados, ya de grandes sí. Pero hace 30 años era diferente la relación de padre a hijo, más allá del amor. Mi Viejo me tuvo a los 34 y yo lo veía como un hombre grande.
--Igual te marcó.
--Permanentemente.
***
Vale un recuerdo.
El de aquel diálogo con su padre que nos confiara Oveja, cuando no estaba muy bien en Boca. Y que, por su profundidad, significó un antes y un después en la vida deportiva del técnico bahiense.
A ver... Fue así.
--¿Cómo andás?
--Y... Acá ando: la profesión de entrenador es inestable, todos los días tenés que rendir examen; no sé cuánto voy a poder vivir sin mi familia. Estoy pensando en dedicarme a otra cosa. No sé qué hacer; poner un negocio o dirigir cinco años más y después ver.
--¿Cuántos años tenés?
--Cuarenta.
--¿Qué imagen tenés de cada mañana cuando yo tenía tu edad?
--Mientras yo tomaba la leche para ir al colegio, vos estabas con el mate al lado de la cocina y leyendo “La Nueva Provincia”.
--¿Sabés qué estaba pensando todos los días a la mañana? Lo mismo que vos ahora. ¿Y sabés cuánto daría yo para volver a esa rutina que odiaba? La vida. Ahora tengo 70 años, soy jubilado, no tengo nada que hacer y el tiempo se me hace largo. Pensalo. Estás en la mejor edad de tu vida.
“A partir de esa vez --contó Oveja-- sé que hay que aceptar el día a día de la vida”.
***
--¿Dudaste en dirigir este fin de semana?
--Los dirigentes me dieron la posibilidad. Pero me puse en el lugar de mi Viejo: si me estaba viendo que no dirigía, me c... a trompadas.
--¿Disfrutó o sufrió todo tu proceso de Selección, donde estuviste tan expuesto?
--Si alguno que me rodea hubiera sufrido no habría vivido la realidad. Se me dio todo. Obviamente que vas a ser criticado, pero del 2000 a esta parte me tocó todo lo que cualquiera quisiera vivir. Gané con Boca, Olavarría, Peñarol, no hubo fracasos con la Selección... Incluso se dieron algunos resultados que, de no haber una medalla de oro antes, hubieran sido tremendos. ¡Ojo! Había personal para hacerlo. De todos modos, cuando más logros conseguís mayor presión te ponés, y en la medida que crecés te pegan más. Es normal.
--Igual, habrás aprendido a no hacerte problema por el qué dirán.
--Soy medio particular en eso. Primero, no consumo mucho lo que se dice y, también, como tengo mucha confianza en mí mismo y la autoestima muy alta pienso: el tiempo pondrá las cosas en su lugar.
--¿Te adelantaste durante el Mundial cuando dijiste que veías complicada tu continuidad en la Selección?
--Yo veía venir que la Confederación iba a intentar un nuevo plan, aunque sea conmigo, pero de cuatro años más.
--¿Lo declaraste sabiendo que no estabas dispuesto a prolongar tanto tu continuidad?
--Nunca dije “me voy de la Selección”. Cuando me preguntaban siempre manifesté que me sentía un poco cansado y que había posibilidades de que fuera mi último torneo.
“Sí era una realidad que al final del Mundial había finalizado mi contrato con la Selección. Y me pedían una respuesta que no podía dar, porque decir que sigo o no sin tener ofrecimiento hubiera sido hasta soberbio de mi parte. Hubiese sido como creerme que el lugar era mío”.
“No negocié con el diablo la continuidad en el cargo”
Más relajado y pasado un tiempo del Mundial de Turquía, Oveja tuvo otra visión de su futuro.
“Después pasó un tiempo, hice un análisis, evalué que habrá un Preolímpico en la ciudad donde estoy radicado hace cuatro años, más adelante un Juego Olímpico y, también, la continuidad de esta generación, con la que mantengo una comunicación muy fluida, más allá de que algunos pueden estar más o menos de acuerdo”, enumeró.
Con todo esto en la balanza, el entrenador adoptó una postura: “Si puedo hacer algo hasta Londres acepto, más no me comprometo. Fui muy claro con la Confederación. En la segunda reunión, directamente no hubo ofrecimiento: Germán (Vaccaro) me dijo ´vamos por otro candidato´. Duró media hora”.
--¿Qué hiciste cuando cerraste la puerta y te fuiste?
--El momento fue medio de m... Había cortado una relación de trabajo y Germán estaba medio consternado. Aunque, cuando terminó la reunión, me encontré con Enzo Francescoli y Angel Cappa, lo cual me sirvió para despejarme. Después, sí, cuando me iba caminando pensaba: “Soy el ex entrenador de la Selección”. Y me puse a pensar a quiénes tenía que avisarle para que no se enteraran por la prensa. Igual soy bastante práctico para estas cosas. Me hubiera dolido terminar mal.
--¿Algo que no ocurrió?
--¡Nooo...! Terminó un proceso y estoy con la conciencia tranquila porque, si bien cuesta dejar los privilegios que te da la Selección, no negocié con el diablo la continuidad en el cargo“.
No aceptaría ser asistente
--¿Qué te genera saber que Julio Lamas es el principal candidato a ocupar el puesto que dejaste?
--Con Julio ganás experiencia: dirigió la Selección y conoce el nivel internacional. Ojalá se pongan de acuerdo.
--¿Y si te pide ser asistente?
--No. Ahora no. Si el día de mañana me piden algo de experiencia, encantado.
--Pero no serías asistente.
--No, me echan de mi casa. Sí me gustaría que gran parte del cuerpo técnico continuara. No es fácil ese trabajo. Veía a los asistentes en los torneos y daba gracias por ser el entrenador.
--Después de haber dirigido a los mejores jugadores de la historia argentina, ¿ratificaste que servías para esto?
--Sí. Para llegar a la Selección tenés que haber jugado gran cantidad de partidos a nivel profesional y haber sentido la presión al máximo. Tengo 17 títulos con los clubes, más la Selección. Y no pasa por el título en sí, sino porque para llegar a eso tuviste mucha presión.
”En la Selección se te hace todo más fácil. Fui mejor entrenador de la Selección de lo que yo mismo creía que era como entrenador. El verdadero eje del deporte es el jugador. Después, nosotros nos especializamos para explotar las habilidades que tienen en conjunto. Tengo absolutamente claro que sin jugadores no se puede jugar. Y si no me das buenos jugadores... Si dirijo a Líbano podré estar un puesto más o menos del que terminó, lo que sí creo, que no todos puede dirigir España, Rusia, Argentina, Lituania...“.
--¿Un período de cinco años te dio tiempo para cambiar conductas a partir de los errores?
--Cuando entré a la Selección me apoyé en diferentes jugadores. A lo mejor, al principio tardé un poco en animarme o, también, fui demasiado abierto, pero fui cambiando. Igual, siempre trabajé sin misterios, como en los clubes. Aprendí que en el deporte, al subir el nivel, se potencia la simpleza del juego. Tardé un poco en darme cuenta de que el privilegio está en la ejecución.
”Hay que convencer al jugador de no agarrarse de las diferentes opciones, sino en la buena ejecución. Porque, a veces, confundimos con tantas variables y hasta, inconscientemente, el jugador entiende que, de última, hay una solución. Como me dijo Chapu: ¿vos querés que defienda a Ilgauskas Bueno, no me compliques porque me pierdo, pero te prometo que no la toca, je. Más allá de esta anécdota es la simpleza y la convicción al transmitirlo“.
Elige al entrenador full time
--Con la experiencia vivida, ¿elegís entrenador full time o part time?
--El formato que tiene la Confederación es el ideal: full time para el formativo y part time para el profesionalismo. Sino, yo sería, uno de los entrenadores capacitados para dirigir a Ginóbili, Scola, Nocioni y, a la vez, recorrer el país detectando pibes y armando cuerpos técnicos. No existe en el mundo. En su momento el full time dio resultados enormes para jerarquizar la Selección, pero ahora, que ya tenemos organizado el tema, hay que mantener la división. El técnico de la Selección mayor, no puede dirigir 10 partidos al año.
”Mi colectivo, que es la Coditep (Comisión de Directores Técnicos Profesionales) está con el full time, pero mi pensamiento, con fundamentos, es que debe ser part time. Ahora, que eso signifique que estoy totalmente desenganchado de las divisiones menores es totalmente falso“.
Patas para arriba
”Las selecciones son el último eslabón de la cadena del recambio generacional. Son los clubes quienes deben mejorar y volver a reclutar y detectar talentos para que la Selección tenga de dónde nutrirse. En menores se debería seleccionar la proyección. Los que nos quedamos dormidos en función de lo que se laburaba antes somos los clubes. Ahí está la base de la pirámide“.
”Este grupo banca a cualquier entrenador que muestre idoneidad“
--¿Sentiste lo que se dice ”respaldo de los jugadores“?
--Este grupo banca a cualquier entrenador que muestre idoneidad. Es lógico que este grupo si entra un entrenador que no conoce hará una evaluación, como la hizo conmigo. Aunque si vuelve Julio, no tendrá nada que mostrar. Este grupo es increíblemente respetuoso y tiene claro que, como decía Magic Johnson: ”No siempre hay que estar de acuerdo con el entrenador, pero siempre hay que hacer lo que el entrenador diga“.
--¿Hubo algún momento bueno y malo que te haya marcado?
--El Preolímpico de Las Vegas fue de inflexión. Todos pensaban que nos volvíamos.
--¡Tuviste muchas pruebas!
--Es que agarré la Selección meses después que fue medalla de oro. Y recambiar entrenador medalla de oro y plata. Tenía una lupa gigante. La Selección es así.
--¿Vas a extrañar todo esto?
--Seguramente me va a parecer muy raro estar sentado en una platea mirando el Preolímpico en Mar del Plata. Y estoy convencido de que iré a Londres a disfrutar de los Juegos Olímpicos.
--¿Como espectador?
--Sí, sí. En los últimos años me di cuenta que estaba hablando mucho y escuchando poco. Y cuando te escuchás mucho a vos mismo, no te entra que haya otras cosas. Estoy encerrado con lo mío. Por eso, quiero bajarme del pedestal, quiero ver partidos desde afuera, escuchar entrenadores, ir a una clínica y copiar...
Ahora vas a tener más tiempo Oveja. Comienza otra etapa.
Fuente: Diario La Nueva Provincia
Algo más ojeroso de lo habitual, el bahiense Sergio Hernández pasaba las horas en nuestra ciudad, inmerso en una semana inolvidable, que empezó con la confirmación de que no continuaría como entrenador de la Selección Argentina de básquetbol y que, dos días después, lo golpeaba con el fallecimiento de su padre.
“Siempre los viajes a Bahía tienen un agregado, generalmente lindo, de poder ver a la familia y amigos, pero en este caso no fue así... De todas maneras, agradezco que coincidió todo”.
--Parece que tu Viejo te hubiera estado llamando.
--Sí, incluso, podría haber dejado para ayer (por el jueves) una visita, sin embargo, cuando fuimos a Monte (el viernes 12) agarré el auto y vine a visitarlo. Me sirvió para verlo vivo por última vez.
--Tengo imágenes de ustedes dos, despidiéndose en la terminal de Mar del Plata.
--¡Sí! Me seguía mucho.
--Igual no tenían una la relación confidencial.
--De chico no éramos de ir juntos a todos lados, ya de grandes sí. Pero hace 30 años era diferente la relación de padre a hijo, más allá del amor. Mi Viejo me tuvo a los 34 y yo lo veía como un hombre grande.
--Igual te marcó.
--Permanentemente.
***
Vale un recuerdo.
El de aquel diálogo con su padre que nos confiara Oveja, cuando no estaba muy bien en Boca. Y que, por su profundidad, significó un antes y un después en la vida deportiva del técnico bahiense.
A ver... Fue así.
--¿Cómo andás?
--Y... Acá ando: la profesión de entrenador es inestable, todos los días tenés que rendir examen; no sé cuánto voy a poder vivir sin mi familia. Estoy pensando en dedicarme a otra cosa. No sé qué hacer; poner un negocio o dirigir cinco años más y después ver.
--¿Cuántos años tenés?
--Cuarenta.
--¿Qué imagen tenés de cada mañana cuando yo tenía tu edad?
--Mientras yo tomaba la leche para ir al colegio, vos estabas con el mate al lado de la cocina y leyendo “La Nueva Provincia”.
--¿Sabés qué estaba pensando todos los días a la mañana? Lo mismo que vos ahora. ¿Y sabés cuánto daría yo para volver a esa rutina que odiaba? La vida. Ahora tengo 70 años, soy jubilado, no tengo nada que hacer y el tiempo se me hace largo. Pensalo. Estás en la mejor edad de tu vida.
“A partir de esa vez --contó Oveja-- sé que hay que aceptar el día a día de la vida”.
***
--¿Dudaste en dirigir este fin de semana?
--Los dirigentes me dieron la posibilidad. Pero me puse en el lugar de mi Viejo: si me estaba viendo que no dirigía, me c... a trompadas.
--¿Disfrutó o sufrió todo tu proceso de Selección, donde estuviste tan expuesto?
--Si alguno que me rodea hubiera sufrido no habría vivido la realidad. Se me dio todo. Obviamente que vas a ser criticado, pero del 2000 a esta parte me tocó todo lo que cualquiera quisiera vivir. Gané con Boca, Olavarría, Peñarol, no hubo fracasos con la Selección... Incluso se dieron algunos resultados que, de no haber una medalla de oro antes, hubieran sido tremendos. ¡Ojo! Había personal para hacerlo. De todos modos, cuando más logros conseguís mayor presión te ponés, y en la medida que crecés te pegan más. Es normal.
--Igual, habrás aprendido a no hacerte problema por el qué dirán.
--Soy medio particular en eso. Primero, no consumo mucho lo que se dice y, también, como tengo mucha confianza en mí mismo y la autoestima muy alta pienso: el tiempo pondrá las cosas en su lugar.
--¿Te adelantaste durante el Mundial cuando dijiste que veías complicada tu continuidad en la Selección?
--Yo veía venir que la Confederación iba a intentar un nuevo plan, aunque sea conmigo, pero de cuatro años más.
--¿Lo declaraste sabiendo que no estabas dispuesto a prolongar tanto tu continuidad?
--Nunca dije “me voy de la Selección”. Cuando me preguntaban siempre manifesté que me sentía un poco cansado y que había posibilidades de que fuera mi último torneo.
“Sí era una realidad que al final del Mundial había finalizado mi contrato con la Selección. Y me pedían una respuesta que no podía dar, porque decir que sigo o no sin tener ofrecimiento hubiera sido hasta soberbio de mi parte. Hubiese sido como creerme que el lugar era mío”.
“No negocié con el diablo la continuidad en el cargo”
Más relajado y pasado un tiempo del Mundial de Turquía, Oveja tuvo otra visión de su futuro.
“Después pasó un tiempo, hice un análisis, evalué que habrá un Preolímpico en la ciudad donde estoy radicado hace cuatro años, más adelante un Juego Olímpico y, también, la continuidad de esta generación, con la que mantengo una comunicación muy fluida, más allá de que algunos pueden estar más o menos de acuerdo”, enumeró.
Con todo esto en la balanza, el entrenador adoptó una postura: “Si puedo hacer algo hasta Londres acepto, más no me comprometo. Fui muy claro con la Confederación. En la segunda reunión, directamente no hubo ofrecimiento: Germán (Vaccaro) me dijo ´vamos por otro candidato´. Duró media hora”.
--¿Qué hiciste cuando cerraste la puerta y te fuiste?
--El momento fue medio de m... Había cortado una relación de trabajo y Germán estaba medio consternado. Aunque, cuando terminó la reunión, me encontré con Enzo Francescoli y Angel Cappa, lo cual me sirvió para despejarme. Después, sí, cuando me iba caminando pensaba: “Soy el ex entrenador de la Selección”. Y me puse a pensar a quiénes tenía que avisarle para que no se enteraran por la prensa. Igual soy bastante práctico para estas cosas. Me hubiera dolido terminar mal.
--¿Algo que no ocurrió?
--¡Nooo...! Terminó un proceso y estoy con la conciencia tranquila porque, si bien cuesta dejar los privilegios que te da la Selección, no negocié con el diablo la continuidad en el cargo“.
No aceptaría ser asistente
--¿Qué te genera saber que Julio Lamas es el principal candidato a ocupar el puesto que dejaste?
--Con Julio ganás experiencia: dirigió la Selección y conoce el nivel internacional. Ojalá se pongan de acuerdo.
--¿Y si te pide ser asistente?
--No. Ahora no. Si el día de mañana me piden algo de experiencia, encantado.
--Pero no serías asistente.
--No, me echan de mi casa. Sí me gustaría que gran parte del cuerpo técnico continuara. No es fácil ese trabajo. Veía a los asistentes en los torneos y daba gracias por ser el entrenador.
--Después de haber dirigido a los mejores jugadores de la historia argentina, ¿ratificaste que servías para esto?
--Sí. Para llegar a la Selección tenés que haber jugado gran cantidad de partidos a nivel profesional y haber sentido la presión al máximo. Tengo 17 títulos con los clubes, más la Selección. Y no pasa por el título en sí, sino porque para llegar a eso tuviste mucha presión.
”En la Selección se te hace todo más fácil. Fui mejor entrenador de la Selección de lo que yo mismo creía que era como entrenador. El verdadero eje del deporte es el jugador. Después, nosotros nos especializamos para explotar las habilidades que tienen en conjunto. Tengo absolutamente claro que sin jugadores no se puede jugar. Y si no me das buenos jugadores... Si dirijo a Líbano podré estar un puesto más o menos del que terminó, lo que sí creo, que no todos puede dirigir España, Rusia, Argentina, Lituania...“.
--¿Un período de cinco años te dio tiempo para cambiar conductas a partir de los errores?
--Cuando entré a la Selección me apoyé en diferentes jugadores. A lo mejor, al principio tardé un poco en animarme o, también, fui demasiado abierto, pero fui cambiando. Igual, siempre trabajé sin misterios, como en los clubes. Aprendí que en el deporte, al subir el nivel, se potencia la simpleza del juego. Tardé un poco en darme cuenta de que el privilegio está en la ejecución.
”Hay que convencer al jugador de no agarrarse de las diferentes opciones, sino en la buena ejecución. Porque, a veces, confundimos con tantas variables y hasta, inconscientemente, el jugador entiende que, de última, hay una solución. Como me dijo Chapu: ¿vos querés que defienda a Ilgauskas Bueno, no me compliques porque me pierdo, pero te prometo que no la toca, je. Más allá de esta anécdota es la simpleza y la convicción al transmitirlo“.
Elige al entrenador full time
--Con la experiencia vivida, ¿elegís entrenador full time o part time?
--El formato que tiene la Confederación es el ideal: full time para el formativo y part time para el profesionalismo. Sino, yo sería, uno de los entrenadores capacitados para dirigir a Ginóbili, Scola, Nocioni y, a la vez, recorrer el país detectando pibes y armando cuerpos técnicos. No existe en el mundo. En su momento el full time dio resultados enormes para jerarquizar la Selección, pero ahora, que ya tenemos organizado el tema, hay que mantener la división. El técnico de la Selección mayor, no puede dirigir 10 partidos al año.
”Mi colectivo, que es la Coditep (Comisión de Directores Técnicos Profesionales) está con el full time, pero mi pensamiento, con fundamentos, es que debe ser part time. Ahora, que eso signifique que estoy totalmente desenganchado de las divisiones menores es totalmente falso“.
Patas para arriba
”Las selecciones son el último eslabón de la cadena del recambio generacional. Son los clubes quienes deben mejorar y volver a reclutar y detectar talentos para que la Selección tenga de dónde nutrirse. En menores se debería seleccionar la proyección. Los que nos quedamos dormidos en función de lo que se laburaba antes somos los clubes. Ahí está la base de la pirámide“.
”Este grupo banca a cualquier entrenador que muestre idoneidad“
--¿Sentiste lo que se dice ”respaldo de los jugadores“?
--Este grupo banca a cualquier entrenador que muestre idoneidad. Es lógico que este grupo si entra un entrenador que no conoce hará una evaluación, como la hizo conmigo. Aunque si vuelve Julio, no tendrá nada que mostrar. Este grupo es increíblemente respetuoso y tiene claro que, como decía Magic Johnson: ”No siempre hay que estar de acuerdo con el entrenador, pero siempre hay que hacer lo que el entrenador diga“.
--¿Hubo algún momento bueno y malo que te haya marcado?
--El Preolímpico de Las Vegas fue de inflexión. Todos pensaban que nos volvíamos.
--¡Tuviste muchas pruebas!
--Es que agarré la Selección meses después que fue medalla de oro. Y recambiar entrenador medalla de oro y plata. Tenía una lupa gigante. La Selección es así.
--¿Vas a extrañar todo esto?
--Seguramente me va a parecer muy raro estar sentado en una platea mirando el Preolímpico en Mar del Plata. Y estoy convencido de que iré a Londres a disfrutar de los Juegos Olímpicos.
--¿Como espectador?
--Sí, sí. En los últimos años me di cuenta que estaba hablando mucho y escuchando poco. Y cuando te escuchás mucho a vos mismo, no te entra que haya otras cosas. Estoy encerrado con lo mío. Por eso, quiero bajarme del pedestal, quiero ver partidos desde afuera, escuchar entrenadores, ir a una clínica y copiar...
Ahora vas a tener más tiempo Oveja. Comienza otra etapa.
Fuente: Diario La Nueva Provincia
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