El entrenador Sergio Hernández argumentó la victoria en la paciencia para usufructuar de la presión de Quimsa. En tanto, Román González fue muy sincero en reconocer el mal momento basquetbolístico que atraviesa el equipo. Por su parte, Marcelo Richiotti opinó que no están funcionando como un equipo.La rueda de prensa inició con la exposición de Sergio Hernández, quien acudió a todo su sapiencia para explicar su visión de las claves de la victoria. El coach comenzó diciendo que “hemos dado dos pasos muy importantes ante Libertad y Quimsa ,esperemos no quedarnos en la puerta”. Luego se refirió a las fundamentos del triunfo de su equipo al deslizar que “lo mejor que hicimos fue abusar un poco de la ansiedad de ellos, la derrota de ayer, más con toda la expectativa que se crea alrededor del organizador, iba a generarles una gran tensión, presión y ansiedad. Peñarol ya tiene jugadores de mucho oficio, que saben sacar rédito de esa aceleración”.
En esa tendencia del aprovechamiento del semblante y entorno de Quimsa, Hernández prosiguió expresando que “la clave pasó por la paciencia que tuvimos, saber que si jugábamos un partido de marcador bajo y no le permitíamos tomar el marcador, la ansiedad les iba jugar una mala pasada. Además ellos tienen jugadores nuevos, que están tratando de mostrarle a la gente el valor que tiene, que es mucho, este equipo le va a dar muchas alegrías a Santiago del Estero”.
En la victoria ante Libertad no ingresó al parquet el nuevo extranjero Joseph Shipp, no obstante ante los locales arrancó como titular, esta decisión la explica el entrenador de los marplatenses: “lo sigo viendo totalmente fuera de forma, pero ayer nos salió todo muy perfecto y no era momento para experimentar con un americano. Hoy determinamos su inclusión y salió muy bien, incluso lo vi mucho mejor de lo que esperaba”.
En la noche del sábado se define el título, ese que le falta en las vitrinas de Peñarol. El rival será La Unión de Formosa, sobre el quien Hernández afirmó que “tienen un gran ventaja que es que no me los imagino nerviosos a Jackson, Alston, Aguirre o Mikulas, cuentan con un equipo de mucha paz interior. Además me parece que La Unión está disfrutando de haber llegado a esta instancia, tiene mucho por ganar y poco por perder. No les quepa duda que Quimsa, Peñarol y Libertad disponían de mucha más presión por ganar la Copa que La Unión, por plantel, historia y varias circunstancias. La presión será nuestra, deberemos saber manejarla”.
Tras las concepciones de Sergio Hernández, la sala de conferencias recibió a Román González y Marcelo Richotti. El pivote arrancó con honestidad brutal, muy saludable por cierto, al develar que “no estuvimos a la altura para mantener el título, no queda otra que seguir laburando, estamos mal como equipo, deberemos corregir muchas cuestiones y estar más concentrados y realizar lo que el técnico disponga. Hoy Quimsa no está ni entre los primeros seis, cuando lo normal sería estar entre los primeros cuatro. Hay tres cuestiones claves en esta situación, que son agachar la cabeza, asumir el rol de cada uno, hacer el mea culpa y trabajar mucho”.
Luego el orador fue el entrenador de los santiagueños, quien siguió en la misma senda de Román González en la tesitura de la autocrítica. “La conclusión es simple, cuando no jugas bien no ganas, nosotros no hemos jugado bien. Necesitamos entrenar, trabajar y hacer las cosas necesarias para encontrarnos como equipo, hasta ahora somos doce jugadores que entran a la cancha y no estamos jugando como conjunto”, afirmó el coach.
En relación a la riqueza del plantel y la manera de manejar esa situación, Richotti aseveró que “es bueno tener jugadores franquicia, es muy bueno, el tema es que cada uno entienda el rol, que un día le puede tocar a uno y otro a los demás. Esa es la clave de tener diez jugadores de jerarquía”.
Fuente: lnb.com.ar
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