¡Partidazo! De largo, el más emocionante del torneo. Pese a que Serbia llegó a tener 16 puntos de ventaja gracias a la magia de Teodosic (24 puntos) y un gran Radulijca (11 puntos), Batum se destapó con frenando al base en defensa y dando un recital ofensivo (35 puntos, 8/11 T3). Metió el miedo en el cuerpo a Serbia, pero murieron en la orilla gracias a Krstic y los tiros libres.
Las dos cenicientas se jugaban el pase a la final. Pero solo hubo un equipo que marcó las diferencias en la pista. Francia fue incapaz de contener el ciclón que supuso Teodosic y toda la maquinaria de Djordjevic. El base volvió a dar otro recital de magia y fundamentos baloncestísticos para dominar todo el juego (10-12). Bajo su mano y la de Radulijca Serbia se fue con un impecable 15-21 al final de los primeros diez minutos.
Teodosic no frenó su recital y brilló aún con más fuerza en el segundo cuarto. 13 puntos sin fallo (18 en total en 18 minutos con solo un fallo al descanso), fueron los artífices, junto a Radulijca, su mejor socio, de dinamitar el partido y provocar que Francia fuese siempre a remolque (15-30, minuto 13). El base serbio dejó sin calificativos a su propia actuación, que solo podía ser tildada de clase maestra. Markovic supo contener el empuje de Batum y Diaw cuando Milos no estaba en pista y, con 9 puntos, tomó el relevo (32-46).
A la salida de vestuarios, Serbia mantuvo la concentración necesaria para no dar una sola opción a Francia de acercarse en el marcador. Pese a que Batum sacó el talento que lleva dentro (20 puntos) y amenazó seriamente la implacable defensa balcánica, Bogdanovic y Bjelica dieron aire a su equipo y pusieron los puntos alternativos necesarios para no decaer (37-53). Serbia no se dejó amedrentar por el despliegue del alero de los Blazers y aguantó el empuje galo para entrar a los últimos diez minutos con 15 de ventaja (46-61).
El último período fue la reacción definitiva del equipo de Collet. Batum secó a Teodosic (su defensa sobre él antes del descanso apenas le permitieron anotar 3 puntos). A base de coraje y calma para saber remontar, tanto en ataque como en defensa, pusieron a su equipo a solo (61-68). Las acciones de Radulijca y Bogdanovic, con su líder completamente seco, fueron determinantes para no decaer y permitir que la remontada se culminase (66-72, min. 37).
Y ahí volvió el Gran Milos. Con un triple a falta de 3 minutos, dejaba el partido visto para sentencia. Eso si no fuera porque enfrente estaba un tremendo Batum, que respondió con otro en la siguiente acción (71-78). Diaw, que se sumó a la fiesta del tiro de tres, puso aún más emoción clavando otro. Serbia tuvo que aguantar las embestidas (casi 5 triples consecutivos para 79-82 a falta de 1 minuto). Krstic solventó en la pintura manteniendo la tranquilidad para los suyos y conseguir el ansiado pase a la final y la eficacia en los tiros libres de Serbia fue suficiente para acabar con el partido.
BOXSCORE
Fuente: Zona Dos Tres
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