
“Estamos llegando a un nivel de entendimiento y convencimiento de lo que nosotros y el Zurdo (por el DT Gustavo Miravet) queremos. Sabemos que no somos menos que nadie. Estas dos victorias nos ponen fuertes como grupo y nos da confianza para competir de igual a igual con todos. Estamos con un buen nivel de juego y defendiendo fuerte, convencidos de lo que queremos”, agregó el alero de 28 años y 1,98 metro de talla.
-En las cuatro derrotas habían cerrado mal los partidos, ¿todo cambió?
-En los cuatro partidos que perdimos fallamos en el cierre, es verdad. Los dos primeros, de visitante (ante Sionista y Libertad) tuvimos un tanto de mala suerte, aunque nos ganaron bien; en los dos siguientes fuimos locales (Quimsa y Atenas) y el nerviosismo y las ganas de ganar nos jugaron en contra. Todavía no estábamos tan sueltos. Pero después de ganarle a La Unión, con Regatas fue un partido cerrado, pero ganamos bien, jugamos mejor en el cierre.
-¿Empezaban a sentir la presión por la acumulación de derrotas, en una ciudad con tanta pasión por el básquetbol?
-Salía a la calle y escuchaba comentarios, no era muy lindo... pero además todo el ambiente del básquetbol decía que nos iba a costar jugar en la Liga, y de repente, ahora todos hablan de 9 de Julio, que le ganó a los punteros. Por suerte, logramos revertirlo.
-¿Qué es lo mejor de 9 de Julio?
-Siempre estuve convencido de que somos un gran equipo, que juega bien. Somos jugadores de básquetbol y para ganar hay que jugar en equipo y nosotros lo estamos formando. Jugamos bien en ataque, defendemos bien y eso es un extra. Somos sacrificados, jugamos con el corazón, y también sabemos que necesitamos de todos.
Fuente: Diario La Mañana
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