
El goleador de Peñarol en la victoria de anoche comenzó a padecer esta final desde su traslado a Córdoba, donde el público “Griego” lo hostigó en demasía, con silbidos e insultos. El martes no tuvo un buen desempeño, sin embargo anoche se destacó en los peores momentos del “Milrayitas” y terminó siendo el goleador.
Lo de la gente para con el ala pivote hasta pareció exagerado y, por ello, se quebró en llanto en declaraciones a la prensa.
Con respecto al triunfo, que dejó a los marplatenses match point en la serie final, Leo sostuvo que “realmente queríamos cambiar la imagen del juego anterior que habíamos dejado. En aquella oportunidad jugamos muy mal y en ofensiva en el segundo juego también. Teníamos que hacer un mejor juego y lo conseguimos. En el primer tiempo realmente no defendimos a nadie y nos metieron 50 puntos, pero en el segundo tiempo hicimos todo muy bien para defender, no dejar tiros cómodos y dejar a Atenas en 24 puntos”.
En cuanto a su actuación personal, el olímpico manifestó que “la realidad es que en ninguno de los tres partidos me sentí cómodo jugando. Estaba muy nervioso y la defensa que me hicieron me molestaba y me sacaron un poco del juego. Pero anoche (por el miércoles) me puse a hablar con los chicos, me puse a hablar conmigo mismo y me propuse empezar a decidir más en el juego, buscar más la pelota, a atacar, sacar faltas y traté de hacerlo”.
Por último y en el momento de la dedicatoria Gutiérrez se quebró luego de dedicarle el triunfo a su familia al confesar que: “Yo quiero a toda la gente de Córdoba y no me merezco esto que me hacen. Yo no cagué a nadie”.
Fuente: Diario El Atlántico
Comentarios